Nueva guerra en Estados Unidos | No será con soldados ni tanques, sino entre los millonarios más poderosos
La relación entre el magnate tecnológico y el Presidente de los Estados Unidos atraviesa su peor momento. Conoce los detalles.
La reciente escalada de tensiones entre Donald Trump y Elon Musk no es solo un espectáculo mediático: podría convertirse en uno de los enfrentamientos más determinantes del año para el futuro de Estados Unidos.
Lo que comenzó como un desacuerdo ideológico ahora amenaza con repercusiones reales en los terrenos económico, tecnológico y político.
Musk vs Trump: una relación que pasó del elogio al enfrentamiento
Durante meses, Trump y Musk compartieron intereses, elogios mutuos y objetivos comunes. Sin embargo, en cuestión de días, la relación se deterioró de manera drástica. Detrás del conflicto se esconden diferencias profundas: desde la visión del rol del Estado hasta disputas sobre el poder de las redes sociales.
Musk, dueño de X, dejó en claro su rechazo a varios puntos de la agenda del expresidente, y fue aún más lejos: insinuó que Trump habría intervenido en la publicación de documentos sensibles, incluyendo el polémico caso de Jeffrey Epstein. "La verdad saldrá a la luz", escribió el magnate en su plataforma, generando una tormenta política inmediata.
Elon Musk amenaza con cambiar el juego
El CEO de Tesla y SpaceX no se limitó a criticar: propuso la creación de un nuevo partido político que represente al "80% del centro". En medio del clima electoral, esta jugada podría dividir las aguas en el electorado republicano y debilitar las aspiraciones de Trump.
Además, con su control sobre X, Musk tiene una poderosa herramienta para moldear la conversación pública. Sus publicaciones no solo generan titulares: influyen en inversores, funcionarios y votantes. En este nuevo escenario, sus empresas también entran en juego.
Trump responde con amenazas concretas
El presidente no se quedó atrás. Desde la plataforma Truth Social, lanzó un mensaje claro: si regresa al poder, revisará los contratos millonarios del gobierno con Tesla y SpaceX, que actualmente superan los 3.000 millones de dólares. También se sumaron voces cercanas a Trump, como Steve Bannon, pidiendo investigaciones sobre el pasado migratorio y el presunto consumo de drogas de Musk.
Más allá de lo simbólico, Trump podría tomar medidas más contundentes, como revocar las autorizaciones de seguridad que SpaceX necesita para trabajar con agencias como la NASA o el Pentágono.
¿Un conflicto personal o una grieta de poder?
Lo que diferencia esta disputa de otras peleas políticas es la magnitud del poder involucrado. Trump, como figura dominante del Partido Republicano, y Musk, uno de los empresarios más influyentes del planeta, están librando una batalla donde se cruzan intereses económicos, tecnológicos y culturales.
Ambos tienen millones de seguidores, acceso a recursos casi ilimitados y la capacidad de marcar agenda. Pero también comparten algo más: una inclinación a usar sus plataformas para desafiar el statu quo.