El gobierno de Estados Unidos ha intensificado su postura contra el trabajo forzoso y los abusos a los derechos humanos en la región china de Xinjiang, imponiendo una prohibición definitiva a productos provenientes de 29 compañías chinas.
Esta medida, anunciada por el Departamento de Seguridad Nacional (DHS), tiene como objetivo frenar la entrada demercancías fabricadas bajo condiciones laborales que vulneran los derechos fundamentales.
Entre las compañías sancionadas se encuentran fabricantes de productosagrícolas, textiles y electrodomésticos. Según el DHS, estas empresas están vinculadas al trabajo forzoso de la minoría musulmana uigur, que, según organismos internacionales, sufre explotación sistemática en una red de centros de detención en Xinjiang.
Katherine Tai, representante de Comercio de Estados Unidos, fue contundente al señalar:
"Las empresas no deben asegurarse ventajas injustas explotando a los trabajadores. Haremos cumplir nuestras leyes para impedir que las compañías que violan los derechos humanos se beneficien del mercado estadounidense".
Katherine Tai confirmó las restricciones contra el comercio chino por violación de los derechos humanos de los trabajadores. Fuente: U.S. Embassy & Consulates.
Impacto en el comercio y los consumidores
La medida, que entrará en vigor el 25 de noviembre, implicará la retirada de productos clave como textiles fabricados con algodón de Xinjiang, un insumo que representa el 20% del suministro mundial.
Además, dispositivos electrónicos producidos por empresas que figuran en la lista negra ya no podrán ingresar al mercado estadounidense, afectando marcas que abastecen grandes cadenas minoristas.
La Ley de Prevención del Trabajo Forzoso Uigur, promulgada en 2021, estableció las bases para esta política. Desde entonces, más de 100 empresas chinas han sido vetadas. El secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas, expresó:
"La explotación laboral es una violación de los derechos humanos básicos".
Este movimiento sigue denuncias documentadas por organizaciones como Human Rights Watch y reportes de la ONU, que han señalado graves abusos contra los uigures. Según informes, más de un millón de personas han sido sometidas a trabajos forzados en la región, mientras el gobierno chino niega todas las acusaciones.
Además de las restricciones comerciales, esta acción refuerza la tensión diplomática entreEstados Unidos y China. Xinjiang no solo es un centro clave para la producción agrícola, sino también un punto neurálgico para proyectos estratégicos del Partido Comunista de China.
En paralelo, Estados Unidos continúa consolidando su alianza con socios internacionales para frenar las prácticas que considera violatorias de los derechos humanos.