Los hermanos Menéndez no fueron los únicos: la historia del asesino en serie que decapitó a su madre y "humilló" su cadáver

A través de una serie de Netflix, la historia de los hermanos Lyle y Erik Menéndez, tristemente célebres por el asesinato de sus padres, José y Mary Menéndez, en 1989 en Beverly Hills, despertó la curiosidad de millones de personas en el mundo.

Un caso tan cruento sirvió para poner foco en otros episodios de ese mismo tenor. Por ejemplo, el del "asesino de colegialas", Ed Kemper un sujeto de dos metros de altura y con un impresionante coeficiente intelectual de 145.

¿Quién es Ed Kemper, el asesino de colegialas? 

Kemper empezó con su infame derrotero al matar a los 15 años. Ni la policía ni el FBI lograban dar su paradero. Hoy tiene 74 años y, aunque parezca mentira, su increíble historia lo transformó en un personaje de culto.

No solo por sus dimensiones -medía poco más de 2 metros-, sino porque además poseía un coeficiente intelectual elevado para la media de los norteamericanos, es que se esperaba de Ed una vida con otras aspiraciones.

Sin embargo, lo que lo convirtió para siempre a ojos de los expertos en un asesino, es el odio visceral que sentía contra su madre. Son los expertos que lo trataron a lo largo de estos años quienes aseguran que esto lo llevó a ser el hombre más buscado de los Estados Unidos en la década de los 70.

¿Por qué se lo conocía como "El asesino de las colegialas"?

Se lo conocía como "El asesino de las colegialas" y es probable que jamás lo descubrieran si no fuera porque él mismo llamó por teléfono a la Policía tras matar y degollar a su madre en abril de 1973.

Después de hacer esa llamada se sentó en la puerta de su casa y esperó que vinieran a detenerlo.

"Ya no tengo odio, después de matarla a ella ya no tengo más ganas de matar", fue lo primero que dijo al recibir a los uniformados mientras lo trasladaban a la comisaría.

Los oficiales de policía no sabían de qué se trataba lo que estaban escuchando e incluso, llegaron a pensar que se trataba de un loco que en un ataque de ira había asesinado a su madre y a una amiga de esta que estaba en la casa por casualidad.

¿Cómo era Ed Kemper de niño?

Edmund Emil Kemper III, "Ed", detestó a su madre prácticamente desde que tenía uso de razón. Sin embargo, "tuvo que matarla" para darse cuenta de que ese odio era el núcleo de esa pulsión interna que lo había llevado a cometer sus crímenes.

Edmund nació el 18 de diciembre de 1948 en Burbank, California. El pequeño era hijo de Edmund Kemper II y Clarnell Stage y tenía dos hermanas menores.

La separación de sus padres se consumó cuando él tenía tan solo 9 años y se quedó viviendo con Clarnell, con quien pasó sus peores días. Según relató Kemper, ésta lo trataba de imbécil e inútil y, cuando llegaba ebria, lo golpeaba.

¿Cómo era Ed Kemper en la escuela?

Lejos de todos los lugares comunes entre personas que acabaron detenidas por asesinato, Ed era un joven al que no le iba mal en la escuela. Sus maestros lo describieron como un "niño inteligente y buen alumno", aunque muy tímido.

De joven había crecido rápido y mucho, pero su altura - a la edad de 11 años le llevaba dos cabezas de ventaja al más alto de sus compañeros - que lejos de favorecerlo lo transformó en un blanco constante de burlas, a las que no respondía.

Ed Kemper: ¿Por qué odiaba tanto a su madre?

El joven Ed guardaba tanto rencor para su madre y sus compañeros y lo canalizaba matando animales domésticos en su barrio.

Atrapaba perros y gatos, los torturaba hasta matarlos y después los diseccionaba para ver cómo eran adentro. Muchos años después contaría a dos agentes del FBI que una vez había enterrado vivo a un gato y lo desenterró a los pocos minutos para comprobar si todavía respiraba. Como el animal seguía vivo, lo degolló.

¿Cómo obtuvo el rótulo de "asesino de colegialas"?

El primero de sus crímenes fue cometido el 7 de mayo de 1972. Ese día le hicieron dedo - y con eso firmaron sus sentencias de muerte - Mary Ann Pesce y Anita Luchessa, dos estudiantes de dieciocho años.

Aterrorizadas, sin poder reaccionar, las chicas vieron cómo el hombre corpulento y aparentemente bonachón que se habían ofrecido a acercarlas al campus no las llevaba a la Universidad, sino que se metía en un bosque. Allí las hizo bajar, esposó a Mary Ann y metió a Anita en el baúl del auto.

En primer lugar, estranguló a Mary Ann y después a Anita. Con las dos chicas muertas en el baúl, Kemper se dirigió a su casa. En el trayecto lo detuvo un patrullero por circular con un foquito quemado. Impertérrito, Ed dejó que le hiciera la multa y le permitiera seguir su camino.

El día que Edmund Kemper decapitó a su madre y "humilló" su cadáver

La noche del 20 de abril de 1973 Ed Kemper dormía cuando su madre llegó después de una fiesta. Ella estaba tan borracha que trastabillaba y volcaba objetos a su paso, haciendo ruido.

Ed se despertó y fue a ver qué pasaba. Se quedó mirándola en silencio: "¿Vas a quedarte ahí toda la noche?", gritó Clarnell. Él le respondió: "No" y se encerró en su dormitorio.

Sin embargo, él se había ido para volver. A la media hora se metió en el dormitorio de su madre armado con un cuchillo y un martillo. Luego, la asesinó a martillazos y después la decapitó en el cuchillo.

Agarró su cabeza por los pelos e hizo que le practicara sexo oral. Cuando se cansó, la puso sobre un estante y estuvo tirándole con dardos durante casi una hora. Después metió el cuerpo y la cabeza en un armario.

¿Quién era Sally Hallet, la amiga de su madre que murió "por casualidad"?

Apenas unos minutos después de la medianoche se había bañado y cambiado la ropa ensangrentada. Con los años se conoció que tenía la intención de ir a tomar algo a un bar, pero en el camino encontró a Sally Hallet, de 59 años, la mejor amiga de Clarnell.

Este le dijo que su madre estaba por ver una película y la invitó a compartirla con ellos: ella no sospechó ni por un segundo. Kemper la estranguló y también guardó el cadáver en un armario.

Si Ed Kemper quería fama, la obtuvo más allá de todas sus expectativas con la confesión de sus crímenes. No omitió ninguno y dio todos los detalles.

Ya en prisión intentó suicidarse más de una vez, pero después de fallar decidió comportarse como lo había hecho en el pasado durante su internación en el hospital psiquiátrico. Esta vez no sedujo a un psiquiatra sino a los perfiladores del FBI, que comenzaron a consultarlo para que los ayudara a resolver casos de asesinos en serie. 

Sus andanzas fueron contadas en siete libros, con cuyos autores también colaboró, y sus trabajos como "consultor" del FBI dieron lugar a varios capítulos de la serie "Mindhunter".