Alerta por una TERCERA GUERRA MUNDIAL | El Gobierno dio la orden y el ejército lanzó un FEROZ ATAQUE en MEDIO ORIENTE otra vez
La ofensiva norteamericana encendió la alarma de uno de los principales aliados de Hamás.
El fin de semana, la Fuerza Aérea de los Estados Unidos llevó a cabo una serie de feroces ataques contra objetivos hutíes en Yemen, especialmente dirigidos a sus depósitos de armas, al menos en tres puntos estratégicos.
Uno de los funcionarios de defensa del país detalló que en esas locaciones se guardaba armamento avanzado para poder usarlo contra barcos que navegan en el Mar Rojo y el Golfo de Adén. Estados Unidos ha utilizado aviones de combate para llevar a cabo los ataques, añadió.
Los ataques de los hutíes son frecuentes desde hace meses en la región, una de las vías fluviales más transitadas del mundo. Especialistas consideran que estos asaltos también son una respuesta a la guerra de Israel contra Hamás en Gaza.
Estados unidos tiene un nuevo objetivo: los hutíes
Hamás, Hezbolá y los hutíes conforman una coalición de milicias que operan en Yemen, Siria, Gaza e Irak, y que están respaldadas por Irán. Además han promocionado los ataques contra las posiciones de Hamás desde el inicio de la guerra israelí, luego de los ataques del 7 de octubre de 2023 contra Israel y sus aliados. Los grupos afirman que no detendrán los ataques contra Israel y sus aliados hasta que se establezca un alto el fuego en Gaza.
Después de más de un año de ataques hutíes contra barcos estadounidenses e internacionales, a mediados de octubre, el secretario de Defensa, Lloyd Austin, anunció que los Estados Unidos habían atacado al grupo rebelde por primera vez con bombarderos B-2 que evaden el radar. El presidente estadounidense, Joe Biden, autorizó los ataques con el objetivo de "debilitar aún más" a los hutíes, sentenció.
La utilización de los bombarderos B-2 no son un detalle menor, ya que estos pueden transportar armas mucho más grandes que las de otros cazas. Esta decisión fue un claro mensaje para Irán y Austin incluso advirtió que los Estados Unidos podrían atacar posiciones en las que "nuestros enemigos quieran mantenerlos fuera de su alcance, y sin importar la profundidad a la que se encuentren esos objetivos del suelo y bajo qué tipo de fortificaciones estén protegidos".