Salud

Síndrome de Wolff-Parkinson-White: cuáles son los síntomas y cómo se trata

Descubre qué es el síndrome de Wolff-Parkinson-White, los síntomas característicos y las posibles tratamientos.

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La Organización Mundial de la Salud (OMS) explica en su portal web que las enfermedades no transmisibles son la principal causa de muerte y discapacidad en el mundo. Sin embargo, aseguran que muchas se pueden prevenir mediante la reducción de los factores de riesgo comunes.

Por ese motivo, conoce qué es el síndrome de Wolff-Parkinson-White, cuáles son sus síntomas, cómo reducir los factores de riesgo y cuáles son los mejores tratamientos disponibles.

¿Qué es el síndrome de Wolff-Parkinson-White?

Según explica el portal sobre salud Mayo Clinic, el Síndrome de Wolff-Parkinson-White (WPW) es una afección cardíaca congénita caracterizada por la presencia de una vía eléctrica adicional en el corazón. Esta anomalía puede provocar episodios de taquicardia, donde el corazón late de manera rápida e irregular, lo que puede llevar a síntomas como palpitaciones, mareos o incluso desmayos.

El diagnóstico del WPW se realiza a través de un electrocardiograma (ECG), que revela la presencia de un patrón específico asociado con la condición. Aunque muchos pacientes pueden no experimentar síntomas significativos, en algunos casos, el tratamiento puede incluir medicamentos o procedimientos como la ablación para eliminar la vía eléctrica adicional y prevenir complicaciones.

¿Cuáles son los síntomas del síndrome de Wolff-Parkinson-White?

El síndrome de Wolff-Parkinson-White se caracteriza por varios síntomas relacionados con la frecuencia cardíaca rápida. Los más comunes incluyen:

- Frecuencia cardíaca superior a 100 latidos por minuto.
- Episodios de taquicardia que pueden comenzar de forma repentina y durar desde segundos hasta varias horas, ocurriendo tanto en reposo como durante el ejercicio.
- Latidos cardíacos rápidos, aleteo o palpitaciones fuertes.
- Dolor en el pecho.
- Dificultad para respirar.
- Mareos o aturdimiento.
- Desmayos.
- Fatiga.
- Ansiedad.

En lactantes, los síntomas pueden incluir piel descolorida, cianosis, agitación, respiración rápida y alimentación deficiente. Algunas personas pueden no presentar síntomas y la afección puede ser descubierta incidentalmente. Es importante buscar atención médica si se experimentan síntomas como latidos cardíacos rápidos, dificultad para respirar o dolor en el pecho.

¿Cómo saber si una persona tiene síndrome de wolff-parkinson-white?

El diagnóstico del Síndrome de Wolff-Parkinson-White (WPW) comienza con un electrocardiograma (ECG), una prueba rápida e indolora que mide la actividad eléctrica del corazón. Durante el ECG, se colocan electrodos en el pecho y, a veces, en los brazos y las piernas, que envían información a una computadora. El médico busca patrones específicos que puedan indicar la presencia de una vía eléctrica adicional en el corazón, característica del síndrome WPW.

Si el ECG sugiere la posibilidad de WPW, se pueden realizar pruebas adicionales como un monitor Holter, que registra la actividad cardíaca durante un día o más, o una grabadora de episodios, que permite al paciente registrar arritmias poco frecuentes. En casos más complejos, se puede llevar a cabo un estudio de electrofisiología, donde se introducen catéteres en el corazón para observar cómo se propagan las señales eléctricas, ayudando a confirmar el diagnóstico y a diferenciarlo de otros patrones eléctricos.

¿Cómo tratar el síndrome de Wolff-Parkinson-White?

El tratamiento del síndrome de Wolff-Parkinson-White se adapta a la gravedad de los síntomas y al tipo de arritmia que se presente. Los principales objetivos son reducir la frecuencia cardíaca rápida durante los episodios y prevenir futuros episodios. Para ello, se pueden emplear diversas estrategias que van desde maniobras simples hasta procedimientos más complejos.

Las maniobras vagales son una primera línea de defensa que incluye acciones como toser o aplicar una compresa de hielo en la cara, las cuales pueden ayudar a ralentizar el ritmo cardíaco al estimular el nervio vago. Si estas maniobras no son efectivas, se pueden utilizar medicamentos, que a menudo se administran por vía intravenosa, para controlar la frecuencia cardíaca y restaurar el ritmo normal.

En casos más severos, se puede recurrir a la cardioversión, que utiliza descargas eléctricas para restablecer el ritmo cardíaco, o a la ablación con catéter, un procedimiento que crea cicatrices en el corazón para bloquear las señales eléctricas anormales. Es importante destacar que aquellos con una vía de señalización adicional pero sin síntomas generalmente no requieren tratamiento.

Para finalizar, es necesario recordar que en caso de presentar alguno de los síntomas mencionados es aconsejable consultar con un profesional de la salud. La detección temprana es clave para un tratamiento eficaz y para prevenir complicaciones.

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