Síndrome de Brugada: cuáles son los síntomas de esta patología y de qué forma se puede evitar
Conoce qué es el síndrome de Brugada, cuáles son los síntomas y cómo puede tratarse.
Las patologías no transmisibles son la causa principal de muerte a nivel mundial, representando el 71% de los decesos anuales, según los datos compartidos por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Para reducir las probabilidades de desarrollar alguno de estas enfermedades, los especialistas recomendaron reducir los posibles factores de riesgo. Por ese motivo, es necesario conocer qué es el síndrome de Brugada, cuáles son los síntomas y cuáles son los terapias posibles.
¿Qué es el síndrome de Brugada?
Según explica el portal sobre salud Mayo Clinic, el Síndrome de Brugada es una afección cardíaca genética que se caracteriza por un patrón específico en el electrocardiograma (ECG) y un riesgo elevado de arritmias ventriculares y muerte súbita. Este síndrome, que afecta principalmente a hombres jóvenes, se debe a mutaciones en los canales de sodio del corazón, lo que provoca alteraciones en la conducción eléctrica.
Los síntomas del Síndrome de Brugada pueden incluir palpitaciones, desmayos o, en casos más graves, paro cardíaco. Aunque algunos pacientes pueden ser asintomáticos, el diagnóstico temprano y el seguimiento médico son cruciales para prevenir complicaciones. El tratamiento puede incluir la implantación de un desfibrilador cardioversor o cambios en el estilo de vida para reducir el riesgo de eventos adversos.
¿Cuáles son los síntomas del síndrome de Brugada?
El síndrome de Brugada generalmente no presenta síntomas evidentes y muchas personas afectadas no son conscientes de su condición. Sin embargo, algunos signos y síntomas que pueden estar asociados incluyen mareos, desmayos, jadeos y dificultad para respirar, especialmente durante la noche, latidos irregulares o palpitaciones, un ritmo cardíaco extremadamente rápido y caótico y convulsiones. Un hallazgo clave en este síndrome es un resultado irregular en un electrocardiograma (ECG), que evalúa la actividad eléctrica del corazón.
¿Cómo saber si una persona tiene síndrome de brugada?
El diagnóstico del síndrome de Brugada generalmente se realiza en adultos y, en ocasiones, en adolescentes, ya que los síntomas pueden ser sutiles en niños pequeños. El proceso comienza con un examen físico y la auscultación del corazón por parte del médico. Para evaluar los latidos cardíacos, se utilizan pruebas como el electrocardiograma, que registra las señales eléctricas del corazón y puede revelar irregularidades en el ritmo. Si los resultados iniciales son normales pero persisten los síntomas, se pueden realizar pruebas adicionales, incluyendo un monitor Holter de 24 horas o electrocardiogramas con medicamentos que pueden inducir arritmias.
Además del electrocardiograma, se puede realizar un ecocardiograma para identificar problemas estructurales en el corazón, aunque esta prueba no diagnostica el síndrome de Brugada por sí sola. En casos más complejos, se puede llevar a cabo una prueba electrofisiológica, donde se introducen catéteres con electrodos en el corazón para observar la transmisión de las señales eléctricas. Este enfoque integral permite a los médicos confirmar el diagnóstico y evaluar el riesgo de arritmias en los pacientes sospechosos de tener este síndrome.
¿Cuál es el mejor tratamiento para el síndrome de Brugada?
El tratamiento del síndrome de Brugada se adapta a las necesidades individuales del paciente, dependiendo del riesgo de arritmias graves. Para aquellos con antecedentes de desmayos o paro cardíaco, se pueden considerar medicamentos como la quinidina, así como la implantación de un desfibrilador cardioversor. Este dispositivo ayuda a controlar el ritmo cardíaco y puede ser crucial para prevenir eventos peligrosos.
La prevención es fundamental para quienes tienen el síndrome de Brugada. Es esencial tratar la fiebre de manera agresiva, ya que puede desencadenar arritmias. Además, se deben evitar ciertos medicamentos y el consumo excesivo de alcohol, ya que pueden aumentar el riesgo de latidos cardíacos irregulares. Consultar con un proveedor de atención médica sobre los medicamentos que se están tomando es vital para minimizar riesgos.
Por último, es recomendable evitar la práctica de deportes competitivos, especialmente para aquellos con un alto riesgo de arritmias. Mantener controles médicos regulares es crucial para monitorear la condición y ajustar el tratamiento según sea necesario, asegurando así una mejor calidad de vida y reduciendo el riesgo de complicaciones.
En conclusión, conocer los síntomas de las enfermedades y las opciones de tratamiento disponibles es fundamental para tomar decisiones informadas sobre nuestra salud. No dudes en consultar a tu médico y seguir sus recomendaciones.