Codo de golfista: qué lo causa, cuáles son los síntomas y cómo se trata

Las patologías no transmisibles son la causa principal de muerte a nivel mundial, representando el 71% de los decesos anuales, según los datos compartidos por la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Para reducir las probabilidades de desarrollar alguno de estas enfermedades, los especialistas recomendaron reducir los posibles factores de riesgo. Por ese motivo, es necesario conocer qué es el codo de golfista, cuáles son los síntomas y cuáles son los terapias posibles.

¿Qué es el codo de golfista?

Según explica el portal sobre salud Mayo Clinic, el codo de golfista, también conocido como epicondilitis medial, es una lesión común que afecta a los músculos y tendones del antebrazo. Esta condición se caracteriza por dolor en la parte interna del codo, que puede irradiarse hacia el antebrazo y la muñeca. El codo de golfista suele ser causado por movimientos repetitivos de flexión y extensión del antebrazo, como los que se realizan al practicar deportes como el golf o el tenis.

Aunque el nombre sugiere que solo afecta a golfistas, el codo de golfista puede afectar a cualquier persona que realice movimientos repetitivos que involucren los músculos del antebrazo. Los síntomas incluyen dolor al apretar objetos, debilidad en la mano y sensibilidad en la parte interna del codo. El tratamiento suele incluir reposo, fisioterapia, medicamentos antiinflamatorios y en casos más graves, cirugía. Es importante consultar a un médico si se experimentan síntomas de codo de golfista para recibir un diagnóstico preciso y un plan de tratamiento adecuado.

¿Cuáles son los síntomas del codo de golfista?

El codo de golfista se caracteriza por dolor y sensibilidad en la parte interna del codo y el antebrazo, rigidez y dolor al cerrar el puño, debilidad en las manos y las muñecas y adormecimiento u hormigueo en uno o más dedos, especialmente el anular y el meñique. El dolor puede empeorar al realizar ciertos movimientos, como golpear una pelota de golf. Si el reposo, el hielo y los analgésicos de venta libre no alivian los síntomas, se debe consultar a un médico. Además, se debe buscar atención médica inmediata si el codo está inflamado y afiebrado, si no se puede flexionar el codo, si el codo se ve deformado o si se sospecha una fractura.

¿Cómo saber si una persona tiene codo de golfista?

El diagnóstico del codo de golfista se basa en la historia clínica del paciente y en un examen físico que incluye la aplicación de presión en la zona afectada y movimientos del codo, muñeca y dedos para evaluar el dolor y la rigidez.

En algunos casos, se puede utilizar una radiografía para descartar otras causas de dolor de codo, como fracturas o artritis. En raras ocasiones, se pueden realizar estudios de diagnóstico por imágenes más completos, como una resonancia magnética.

¿Cómo tratar el codo de golfista?

El tratamiento del codo de golfista comienza con evitar la actividad que provoca dolor y aplicar hielo para aliviarlo. También se pueden tomar analgésicos de venta libre como ibuprofeno, naproxeno sódico o acetaminofeno.
En algunos casos, se puede probar un tratamiento más nuevo llamado plasma rico en plaquetas, que implica inyectar una cantidad concentrada de plaquetas y otros factores antiinflamatorios en el área afectada.
La terapia incluye descansar, aplicar compresas de hielo, usar un dispositivo de inmovilización y realizar ejercicios de estiramiento y fortalecimiento. Una vez que el dolor haya desaparecido, se puede retomar gradualmente las actividades habituales y revisar la técnica con un instructor. En casos graves y persistentes, la cirugía puede ser una opción, como el procedimiento TENEX que utiliza ultrasonido para extraer el tejido cicatrizal.

Codo de golfista: posibles factores de riesgo

El codo de golfista tiene mayor riesgo de desarrollarse en personas de 40 años o más, que realizan actividades repetitivas durante al menos dos horas al día, son obesas y fuman.

En conclusión, conocer los síntomas de las enfermedades y las opciones de tratamiento disponibles es fundamental para tomar decisiones informadas sobre nuestra salud. No dudes en consultar a tu médico y seguir sus recomendaciones.