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Arteritis de células gigantes: cuáles son los síntomas de esta patología y de qué forma se puede evitar

Conoce cuáles son los síntomas de la arteritis de células gigantes, cómo se trata y de qué forma puede prevenirse.

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La Organización Mundial de la Salud (OMS) explica en su portal web que las enfermedades no transmisibles son la principal causa de muerte y discapacidad en el mundo. Sin embargo, aseguran que muchas se pueden prevenir mediante la reducción de los factores de riesgo comunes.

Por ese motivo, conoce qué es la arteritis de células gigantes, cuáles son sus síntomas, cómo reducir los factores de riesgo y cuáles son los mejores tratamientos disponibles.

¿Qué es la arteritis de células gigantes?

Según explica el portal sobre salud Mayo Clinic, la arteritis de células gigantes, también conocida como arteritis temporal, es una enfermedad inflamatoria que afecta las arterias, especialmente las de la cabeza y el cuello. Se caracteriza por la inflamación de las paredes de los vasos sanguíneos, lo que puede provocar dolor de cabeza, visión borrosa y, en casos severos, pérdida de la visión.

Esta condición es más común en personas mayores de 50 años y puede estar asociada con la polimialgia reumática.El diagnóstico de la arteritis de células gigantes se realiza a través de una combinación de síntomas clínicos, análisis de sangre y, en algunos casos, una biopsia de la arteria afectada. El tratamiento generalmente incluye corticosteroides para reducir la inflamación y prevenir complicaciones graves.

¿Cuáles son los síntomas de la arteritis de células gigantes?

Los síntomas más comunes de la arteritis de células gigantes incluyen:

  1. Dolor de cabeza intenso y continuo, generalmente en la zona de las sienes. 
  2. Sensibilidad en el cuero cabelludo.
  3. Dolor en la mandíbula al masticar o abrir la boca.
  4. Fiebre.
  5. Fatiga.
  6. Pérdida de peso involuntaria.
  7. Pérdida de visión o visión doble, especialmente en personas con dolor en la mandíbula.
  8. Pérdida repentina y permanente de la visión en un ojo. Además, es frecuente experimentar dolor y rigidez en el cuello, hombros o caderas, síntomas que también se asocian con la polimialgia reumática, que afecta a aproximadamente el 50% de los pacientes con arteritis de células gigantes.

¿Cómo saber si una persona tiene arteritis de células gigantes?

El diagnóstico de la arteritis de células gigantes es un proceso complejo que comienza con una evaluación exhaustiva de los síntomas del paciente y su historial clínico. Dado que los primeros síntomas pueden confundirse con los de otras enfermedades, el médico realizará un examen físico detallado, prestando especial atención a las arterias temporales, que a menudo presentan sensibilidad, pulso reducido y una apariencia de cordón duro. Para confirmar el diagnóstico, se pueden llevar a cabo análisis de sangre que miden la velocidad de eritrosedimentación y la proteína C reactiva, indicadores de inflamación en el cuerpo. Además de los análisis de sangre, se pueden utilizar estudios de diagnóstico por imágenes, como la ecografía Doppler y la angiografía por resonancia magnética, para evaluar el flujo sanguíneo y la inflamación en los vasos. La biopsia de la arteria temporal es el método más efectivo para confirmar la enfermedad, ya que permite observar la presencia de células gigantes en la muestra. En algunos casos, si los resultados no son concluyentes, se puede realizar una segunda biopsia en el lado opuesto de la cabeza para obtener un diagnóstico más preciso.

¿Cómo tratar la arteritis de células gigantes?

La arteritis de células gigantes se trata principalmente con dosis altas de corticoesteroides, como la prednisona, que deben iniciarse de inmediato para prevenir complicaciones graves, como la pérdida de la vista. Es posible que el médico comience el tratamiento incluso antes de confirmar el diagnóstico mediante una biopsia, dado el riesgo asociado. La respuesta al tratamiento suele ser rápida y muchos pacientes comienzan a sentirse mejor en pocos días. A medida que el tratamiento avanza, es probable que el médico ajuste la dosis de corticoesteroides, disminuyéndola gradualmente después del primer mes. Sin embargo, algunos síntomas, como los dolores de cabeza, pueden reaparecer durante este proceso. En estos casos, se pueden realizar ajustes en la medicación y el médico podría considerar la adición de un inmunosupresor como el metotrexato para ayudar a controlar la inflamación. Es importante estar atento a los efectos secundarios de los corticoesteroides, que pueden incluir osteoporosis y presión arterial alta. Para mitigar estos riesgos, el médico puede recomendar controles regulares de la densidad ósea y la administración de suplementos de calcio y vitamina D. Además, se ha aprobado el tocilizumab como una opción de tratamiento, aunque se requiere más investigación sobre sus efectos y posibles riesgos.

Arteritis de células gigantes: posibles factores de riesgo

La arteritis de células gigantes presenta varios factores de riesgo, siendo la edad uno de los más significativos, ya que afecta principalmente a adultos mayores de 50 años, con mayor incidencia entre los 70 y 80 años. Además, las mujeres tienen el doble de probabilidades de desarrollar esta enfermedad en comparación con los hombres. También se observa una mayor prevalencia en personas de ascendencia escandinava y en poblaciones del norte de Europa. Aquellos con polimialgia reumática y antecedentes familiares de la enfermedad también están en un grupo de mayor riesgo.

Para finalizar, es aconsejable consultar con un especialista en salud ante cualquier duda o síntoma. La información médica puede ser compleja y es importante acudir a fuentes confiables para vitar la automedicación y basar las decisiones de tratamiento en evidencia clínica.

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