Adiós resfrío: la bebida que te ayudará a bajar de peso y fortalecer las defensas este otoño
Este superalimento tiene propiedades beneficiosas para la salud y es muy sencillo de incorporar en todas tus comidas.
No existe un remedio que se compare con los beneficios de alimentarse de manera saludable y equilibrada. En este sentido, la Universidad de Harvard sostiene que para la prevención de enfermedades uno de los aspectos claves es centrarse en la calidad de la dieta.
De este modo, el tipo de carbohidratos y proteínas que predominen, junto a la cantidad y la frecuencia en el consumo de verduras, frutas y legumbres, serán determinantes. Si bien todos los alimentos que provienen de la tierra son bienvenidos, hay algunos que se destacan por sus propiedades.
En esta oportunidad hablaremos del jengibre. Esta planta medicinal es considera un "superalimento". Es rica en vitaminas, minerales y proteínas. Tradicionalmente es utilizada para tratar problemas digestivos y es uno de los ingredientes estrella de la cocina asiática. A continuación, te contamos todos los beneficios de incorporar jengibre a la dieta.
Propiedades y beneficios del jengibre
- Analgésico
El jengibre contiene gingeroles, un compuesto químico que reduce el dolor y la inflación.
- Antioxidante
Asimismo, los gingeroles actúan de manera directa en la actividad de los radicales libres, molécula que causa el envejecimiento, y previene manchas en la piel y la aparición de arrugas prematuras.
- Descongestivo
Es bueno para el sistema respiratorio y previene la tos por sus enzimas proteolíticas que tienen una acción antiinflamatoria.
Recetas con jengibre, fáciles y rápidas
Té de jengibre
Ingredientes:
- 1 rodaja de jengibre
- ½ limón
Preparación:
Rallar el jengibre y colarlo en un jarro con agua. Llevar a fuego lento durante 10 minutos y, por último, añadir el jugo de limón.
Jengibre confitado
Ingredientes:
- 500 gramos de jengibre fresco
- 500 gramos de azúcar
- 250 cc de agua
Preparación:
Pelar y cortar el jengibre en rodajas finas. Colocar las rodajas en una cacerola a fuego alto y cubrirlas con agua. Hervir durante 1 hora y reservar.
En una sartén a fuego mínimo, echar el azúcar y revolver consistentemente hasta que se disuelva. Una vez hecho esto, añadir las rodajas de jengibre y remover hasta que cada pieza esté cubierta con el caramelo por completo. Apagar y dejar enfriar antes de consumir.