Crece esta amenaza en Argentina y puede dar vuelta cualquier empresa: cuál es el riesgo
Las compañías que aplican protocolos de escritorio remoto tienen un alto riesgo de sufrir un ataque cibernético. ¿Por qué?
El avance tecnológico no solo trajo aparejado un aumento en la cantidad de ataques cibernéticos sino también en el nivel de sofisticación de los mismos, con la proliferación de códigos maliciosos capaces de bloquear los dispositivos electrónicos y secuestrar datos.
Estamos hablando de lo que en informática se conoce bajo el nombre de ransomware y que, recientemente, se demostró que apunta con especial interés a las empresas que utilizan el protocolo de escritorio remoto (RDP); este le permite a un usuario acceder remotamente al escritorio de una computadora sin necesidad de estar físicamente cerca.
De hecho, el 85% de las organizaciones que aplica esta tecnología posee altos índices de vulnerabilidad frente a ataques de tipo ransomware, según datos del informe 2023 Attack Surface Threats de Unit 42, la unidad de investigación e inteligencia de amenazas de Palo Alto Networks.
Ciberseguridad: qué reveló el estudio de Unit 42
Si bien los ataques de ransomware representan una problemática a nivel mundial, Argentina se posiciona como el tercer país más atacado en América Latina según confirmó Darío Opezzo, Regional Sales Manager de Palo Alto Networks.
El informe de Unit 42 también expuso que el 80% de las vulneraciones a la seguridad están presentes en entornos de la nube, en comparación con el 19% en servidores locales (servidores informáticos que se implementan y mantienen en instalaciones de seguridad física dentro de una organización, en lugar de de estar alojado en un centro de datos o en la nube),
En esta línea, la exposición a servicios de acceso remoto representó casi uno de cada cinco problemas encontrados en Internet.
Frente a este escenario Opezzo, insistió sobre la importancia de mantener un control constante: "Con cada cambio de configuración, nueva instancia de nube o nueva vulnerabilidad revelada, comienza una nueva carrera contra atacantes que se mueven más rápido, mientras las organizaciones luchan por gestionar las superficies de ataque a la velocidad y escala necesarias para combatir la automatización de los ciberdelincuentes".
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