Para los fans de la selección y las series por igual, ayer fue un verdadero Día D. Es que ayer, mientras promediaba el primer tiempo de la final de la Copa América, comenzaba también el principio del fin para esta temporada de Game of Thrones, calificada por los fans como la mejor hasta ahora. 

Lo cierto es que el final -bastante abierto para los estándares de la serie- abrió el juego para una séptima temporada a pura conquista. Cinco fueron los cabos sueltos que dejó GOT para abril del año que viene.

...y su nombre es Stark. De eso se trató toda la storyline en Winterfell en este último capitulo: cerrar quién se quedaría con el Norte, a quién respetarían las casas antiguas de esas tierras lejanas: si a un bastardo como Jon o a una mujer como Sansa. Uno de los momentos más intensos del show de anoche fue cuando, después de revelar que la teoría de que Jon no es hijo bastardo de Ned sino el hijo entre su hermana, Lyanna, y Raegar Targaryen, declarasen al ex Lord Comandante de los cuervos como el verdadero heredero de la dinastía Stark. 

Es significativo el ascenso de Snow al poder, después de haber revivido en el tercer capítulo de la temporada. En principio, porque se recuperó Winterfell después de muchas temporadas a cargo de los Bolton. Pero también porque, al elegir a Jon, la alianza entre Littlefinger y Sansa puede hacerse más fuerte. ¿Los hermanos sean unidos? Veremos.

El capítulo abre con Cersei guiñandole un ojo a Michael Corleone. Es que es imposible no hacer paralelismos entre los dos: ambos juran desacerse de sus enemigos y lo hacen, de manera coordinada, en el mismo día. Como Michael, que aprovecha el bautismo de su sobrino, Cersei se aprovecha de su juicio para dinamitar el Gran Septo de Baelor, con todos sus enemigos dentro. La cosa termina feliz para Cersei pero tremendamente agridulce: logra conseguir, finalmente, el Trono de Hierro pero a costa del suicidio de su hijo Tommen, su último vivo.

¿Qué sucederá en Desembarco del Rey en la séptima temporada con una reina resistida por muchos? Es difícil saberlo. Pero el final, con un Jamie mirando fijamente a Cersei con tristeza y bronca en los ojos, quizás marque el fin de esa relación de verdadero amor entre hermanos. 

Arya reapareció en la serie, después de su estadía aburridísima en la ciudad de Braavos. Ahí aprendió -a costa de palazos y puñaladas- como realmente convertirse en "nadie". Con ese poder es que viajó a "Los gemelos" (The Twins), el asentamiento de la Casa Frey, y pudo tachar a más gente de su famosa lista de venganza. Mató a Walder Frey, responsable de la muerte de su madre y su hermano Robb, y también a sus dos hijos, a los que cocinó en una tarta. 

Este poder de Arya para ser realmente la mejor mercenaria -porque toma la cara de otros para hacer lo suyo- podría ser realmente beneficioso para la Casa Stark si se reune con sus hermanos.

Quizás el mayor final abierto tenga que ver con Daenerys que, finalmente, logra salir de Mereen y -con una alianza con Dorne, Alto Jardín, y las Islas de hierro- logra sumer barcos y músculo para partir hacia Westeros. 

Este es el highlight de la temporada porque Daenerys se preparó toda la vida para retomar el trono de hierro, robado por Robert Baratheon a su madre, según su perspectiva. Lo cierto es que, con un Westeros en llamas y dividido, quizás sean fácil para Dany convertirse en Reina. 

La visión de Bran sobre el verdadero origen de su hermanastro Jon Snow es lo más relevante que pasa más allá El Muro. No tuvimos, como otras temporadas, un final importante respecto a los famosos White Walkers. Sí sabemos que, finalmente y después de seis temporadas, el invierno ha llegado. Y que, a pesar de no haberlos vistos, los White Walkers siempre están, amenazando a los vivos cada vez más.