La Casa Real anuncia la vuelta de una "enfermedad crónica" en el cuerpo de la princesa heredera
La salud de Mette-Marit vuelve a ser motivo de preocupación, afectando nuevamente a su agenda oficial.
La princesa Mette-Marit de Noruega ha retomado el tratamiento para la fibrosis pulmonar crónica, una enfermedad degenerativa que le fue diagnosticada en 2018. Esta afección, según ha anunciado la Casa Real noruega, ha ocasionado que la princesa deba reducir su agenda pública, ya que los tratamientos suelen generar efectos secundarios que afectan su capacidad para cumplir con compromisos oficiales.
Evolución de la enfermedad y su impacto
Mette-Marit ha sido muy abierta sobre las limitaciones físicas y emocionales que la enfermedad ha impuesto en su vida cotidiana, generando preocupaciones dentro y fuera de la familia real. Recientemente, la princesa tuvo que ausentarse de varias actividades, como una gira oficial por el condado de Trøndelag.
Fibrosis pulmonar crónica: un desafío a largo plazo
La fibrosis pulmonar es una enfermedad que afecta la capacidad respiratoria, y aunque los tratamientos pueden mitigar algunos síntomas, la afección sigue siendo incurable. La princesa es tratada en el Rikshospitalet de Oslo, donde su condición ha sido monitoreada desde que se hizo pública su enfermedad.
Controversia con Marius Borg Høiby
Marius Borg Høiby, el hijo mayor de la princesa Mette-Marit de Noruega, ha sido el centro de una controversia tras ser arrestado en agosto de 2024. Fue acusado de agresión y vandalismo luego de un altercado en un apartamento en el distrito de Frogner, en Oslo. Según los informes, la policía fue llamada tras un incidente violento que involucró a una mujer, aunque los detalles completos no han sido revelados públicamente. Marius pasó más de 30 horas en custodia antes de ser liberado.
El caso ha sido especialmente sensible para la familia real noruega, ya que es la primera vez que un miembro de su entorno enfrenta cargos criminales. El príncipe heredero Haakon, esposo de Mette-Marit, ha calificado la situación de "grave", pero se ha mostrado cauteloso al comentar públicamente sobre el caso, indicando que no era apropiado involucrarse en los detalles.
Este escándalo ha tenido un impacto en la agenda de la familia real, ya que Mette-Marit canceló su participación en los Juegos Olímpicos de París para estar con su hijo durante este difícil momento.