Buscan la cura a todas las enfermedades: es una bacteria milagrosa que cambiará la vida de todos los seres humanos
Un proyecto de la Universidad de Salamanca explora los desiertos de España para encontrar la nueva solución a la medicina.
Históricamente despreciados como tierras improductivas, los parajes semidesérticos de España revelan un nuevo valor que va más allá de su belleza paisajística. Zonas como las Bárdenas Reales en Navarra, un escenario que ganó notoriedad por su aparición en la famosa serie Juego de Tronos, o los Monegros en Aragón, que aspiran a convertirse en parque nacional debido a su ecosistema único, han captado el interés de la ciencia por razones muy diferentes.
En el sur, otros lugares igualmente impresionantes, como el paisaje lunar de Mahoya en Murcia o los barrancos de Gorafe en Granada, también se han convertido en puntos de estudio para un ambicioso proyecto científico. Aunque no son desiertos en el sentido estricto, estas áreas albergan un secreto biológico que los investigadores están decididos a descubrir: su vida microbiana oculta.
El proyecto AntiBioDesert, lanzado recientemente, tiene como objetivo analizar la diversidad microbiana de estos cuatro ecosistemas semidesérticos durante los próximos años.
Un equipo de científicos liderado por la Universidad de Salamanca (USAL) cree que estos entornos podrían ser una fuente valiosa de microorganismos únicos que podrían ofrecer soluciones innovadoras para la agricultura, la industria y la salud.
"Si las condiciones de estos ecosistemas son extremas y únicas, también lo será la vida que en ellos se desarrolla", explica Lorena Carro, investigadora del grupo de Interacciones Microbianas de la USAL. El proyecto cuenta con el apoyo de la Agencia Estatal de Investigación (AEI) y ya ha comenzado a obtener resultados prometedores.
La idea detrás de AntiBioDesert
AntiBioDesert subraya la importancia de explorar las zonas que durante mucho tiempo se consideraron desoladas e improductivas. Las características de estos entornos podrían ser clave para entender cómo la vida microbiana se adapta a condiciones difíciles y, lo que es más importante, cómo esas adaptaciones pueden beneficiar a la humanidad.
La idea se inspiró en un proyecto previo que los mismos investigadores realizaron en los desiertos del Sáhara y de Atacama en Chile, donde lograron identificar microorganismos con una alta capacidad de adaptación a condiciones extremas.
"Buscábamos microorganismos que pudieran utilizarse en la agricultura para mejorar la resistencia de las plantas frente a condiciones adversas, como la sequía o la salinidad", explica Carro. En esos estudios, descubrieron bacterias beneficiosas asociadas al género de plantas Astragalus, que prospera tanto en zonas desérticas como en ambientes templados.
El éxito de este proyecto les llevó a plantear un nuevo desafío: si los desiertos más extremos del mundo pueden albergar microorganismos con propiedades especiales, ¿por qué no explorar las áreas semidesérticas de España?
Aunque menos extremas que el desierto de Atacama, las características de las Bárdenas, Monegros, Mahoya y Gorafe presentan condiciones que los científicos creen que también podrían albergar microorganismos con potencial biotecnológico.
¿Cuáles son las posibles aplicaciones en agricultura y salud?
Uno de los objetivos principales de AntiBioDesert es encontrar bacterias y hongos que puedan promover el crecimiento de las plantas en condiciones de estrés.
Los microorganismos descubiertos en Atacama, por ejemplo, ya han demostrado que pueden mejorar la resistencia de cultivos como la colza, protegiéndola frente a patógenos y favoreciendo su desarrollo en suelos pobres o sometidos a temperaturas extremas. Los investigadores están convencidos de que podrían obtener resultados similares en los semidesiertos españoles.
Sin embargo, las aplicaciones no se limitarían a la agricultura. Lorena Carro destaca que algunos de los compuestos que producen estos microorganismos también podrían tener propiedades anticancerígenas o antibióticas.
En un contexto en el que la resistencia a los antibióticos se ha convertido en una preocupación global, estos organismos podrían ofrecer una nueva fuente de medicamentos capaces de combatir las infecciones resistentes: "Al igual que los metabolitos microbianos combaten enfermedades en las plantas, podrían hacerlo en el ámbito de la salud humana", señala Carro.
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El futuro de la humanidad esta bajo el microscopio
El uso de tecnologías avanzadas, como los análisis metagenómicos, ha permitido que los investigadores tengan una visión más precisa de la diversidad microbiana de estos suelos áridos.
En lugar de depender exclusivamente del cultivo de microorganismos en condiciones de laboratorio, ahora pueden secuenciar el ADN de las muestras de suelo y plantas para obtener una "fotografía" más completa de los organismos presentes.
A lo largo del proyecto, los investigadores tomarán muestras de suelo y estudiarán las plantas de Astragalus que crecen en estos entornos para identificar bacterias que puedan tener un impacto en la agricultura o la salud. Al final, evaluarán los compuestos producidos por estos microorganismos y su capacidad para combatir patógenos de plantas o incluso enfermedades humanas.
En un futuro en el que el cambio climático avanza y la desertificación amenaza con expandirse en muchas regiones de España, el estudio de estos microorganismos podría proporcionar las claves para desarrollar una agricultura más resiliente y nuevas herramientas para combatir enfermedades.
Lo que hoy parecen paisajes áridos y secos, mañana podrían ser la fuente de descubrimientos que transformen la ciencia y la medicina. Como bien señala Carro, "el próximo antibiótico podría salir de donde menos lo esperas".