La Iglesia católica, en problemas | El Papa Francisco no deja de sumar enemigos en todo el mundo y eso preocupa al Vaticano

El Papa Francisco, a lo largo de sus más de diez años de pontificado, ha enfrentado una creciente oposición, tanto dentro del Vaticano como a nivel global. Aunque goza de gran popularidad en sectores progresistas, su enfoque en la inclusión, los derechos de los migrantes y su apertura hacia temas como el medio ambiente y las minorías sexuales han generado fuertes críticas, especialmente entre los sectores más conservadores de la Iglesia.

Las tensiones dentro del Vaticano

Desde su elección en 2013, Francisco ha promovido una serie de reformas que buscan modernizar la estructura del Vaticano, incluida una mayor transparencia financiera y cambios en la Curia Romana. Sin embargo, estas iniciativas han generado descontento entre algunos miembros de la jerarquía, quienes consideran que los cambios alteran el equilibrio tradicional de la Iglesia. Además, su enfoque sobre temas como el divorcio y la comunión para los divorciados ha sido motivo de división dentro del clero, de acuerdo a ABS-CBN News.

El rechazo de sectores conservadores

Gran parte de la oposición más dura proviene de los sectores ultraconservadores, tanto dentro de la Iglesia como en el ámbito político. Países como los Estados Unidos han sido particularmente críticos con la postura del Papa sobre temas como la migración y la justicia social. Las declaraciones de Francisco sobre la necesidad de acoger a los migrantes y su defensa de una economía más justa han sido vistas por algunos como una postura demasiado política, lo que ha generado tensiones con ciertos gobiernos y facciones dentro de la Iglesia.

Las preocupaciones por el futuro del papado

El creciente descontento no solo afecta al Vaticano, sino que también preocupa por el legado que Francisco dejará a sus sucesores. Mientras continúa impulsando un modelo de Iglesia más inclusiva y cercana a los pobres, el papado enfrenta el desafío de cómo mantener la unidad en un contexto cada vez más polarizado. Las próximas decisiones del pontífice, especialmente en temas sinodales, determinarán si estas tensiones seguirán creciendo o si la Iglesia logrará encontrar un equilibrio en medio del cambio.