Evangelio del día

Cambia la Iglesia católica: el Papa Francisco explicó a los creyentes cómo "vincularse con Jesús"

Esta es la prédica del Papa para este domingo y los capítulos de la Biblia que recomienda leer.

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Cada día, desde la página oficial del Vaticano, se difunden enseñanzas basadas en las Santas Escrituras, buscando guiar a los seguidores de Cristo en su caminar espiritual. Estas reflexiones proponen versículos bíblicos y temas que invitan a los creyentes a meditar y a fortalecer su fe en Dios.

Durante este domingo, 15 de septiembre de 2024, El papa Francisco invita a los fieles a establecer una relación personal y sincera con Jesús, enfatizando que la fe debe traducirse en acciones concretas de amor y servicio, incluso ante las dificultades del seguimiento.

La prédica del papa Francisco para este domingo

El Papa Francisco ha compartido una profunda reflexión sobre la relación personal que cada discípulo debe establecer con Jesús, instando a los fieles a cuestionarse: "¿Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?".

En su prédica, el Papa enfatiza la importancia de una respuesta sincera y personal a esta pregunta, invitando a cada uno a dejarse iluminar por la luz del Padre para conocer verdaderamente a su Hijo. Esta relación no debe ser superficial, sino que debe ocupar el centro de nuestras vidas.

También recuerda el momento en que Pedro reconoce a Jesús como "el Cristo", pero advierte que la misión de Jesús no se desarrolla en un camino de triunfos, sino en el "arduo sendero del Siervo sufriente".

Francisco señala que, al igual que Pedro, los creyentes pueden sentirse tentados a rebelarse ante las exigencias del seguimiento de Cristo, especialmente cuando estas chocan con las expectativas mundanas. En esos momentos, el Papa nos recuerda el reproche de Jesús: "¡Quítate de mi vista, Satanás! Porque tus pensamientos no son los de Dios, sino los de los hombres".

Para finalizar, subrayó que la fe en Jesucristo debe traducirse en acciones concretas y en una vida marcada por el amor al prójimo. "La profesión de fe en Jesucristo no puede quedarse en palabras", afirmó.

La lectura de la Biblia para este domingo

Primera lectura: Isaías 50, 5-9

En aquel entonces, dijo Isaías: "El Señor Dios me ha hecho oír sus palabras y yo no he opuesto resistencia, ni me he echado para atrás. Ofrecí la espalda a los que me golpeaban, la mejilla a los que me tiraban de la barba. No aparté mi rostro de los insultos y salivazos.

Pero el Señor me ayuda, por eso no quedaré confundido, por eso endurecí mi rostro como roca y sé que no quedaré avergonzado. Cercano está de mí el que me hace justicia, ¿quién luchará contra mí? ¿Quién es mi adversario? ¿Quién me acusa? Que se me enfrente. El Señor es mi ayuda, ¿quién se atreverá a condenarme?

Segunda lectura: Santiago 2, 14-18

Hermanos míos: ¿De qué le sirve a uno decir que tiene fe, si no lo demuestra con obras? ¿Acaso podrá salvarlo esa fe? Supongamos que algún hermano o hermana carece de ropa y del alimento necesario para el día y que uno de ustedes le dice: "Que te vaya bien; abrígate y come", pero no le da lo necesario para el cuerpo, ¿de qué le sirve que le digan eso? Así pasa con la fe; si no se traduce en obras, está completamente muerta.

Quizá alguien podría decir: "Tú tienes fe y yo tengo obras. A ver cómo, sin obras, me demuestras tu fe; yo, en cambio, con mis obras te demostraré mi fe".

El evangelio para el domingo, 15 de septiembre de 2024

Evangelio según San Marcos 8, 27-35

En aquel tiempo, Jesús y sus discípulos se dirigieron a los poblados de Cesarea de Filipo. Por el camino les hizo esta pregunta: "¿Quién dice la gente que soy yo?" Ellos le contestaron: "Algunos dicen que eres Juan el Bautista; otros, que Elías; y otros, que alguno de los profetas".

Entonces él les preguntó: "Y ustedes ¿quién dicen que soy yo?" Pedro le respondió: "Tú eres el Mesías". Y él les ordenó que no se lo dijeran a nadie. Luego se puso a explicarles que era necesario que el Hijo del hombre padeciera mucho, que fuera rechazado por los ancianos, los sumos sacerdotes y los escribas, que fuera entregado a la muerte y resucitara al tercer día.

Todo esto lo dijo con entera claridad. Entonces Pedro se lo llevó aparte y trataba de disuadirlo. Jesús se volvió y mirando a sus discípulos, reprendió a Pedro con estas palabras: "¡Apártate de mí, Satanás! Porque tú no juzgas según Dios, sino según los hombres". Después llamó a la multitud y a sus discípulos y les dijo: "El que quiera venir conmigo, que renuncie a sí mismo, que cargue con su cruz y que me siga. Pues el que quiera salvar su vida, la perderá; pero el que pierda su vida por mí y por el Evangelio, la salvará".

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