Financial TimesExclusivo Members

Japón no escapa a la crisis: renunció el primer ministro

Los tres años de Gobierno de Fumio Kishida se han caracterizado por su pérdida de popularidad, provocada en gran parte por un escándalo de financiación que le obligó a destituir a cuatro ministros del gabinete en 2023

El primer ministro japonés, Fumio Kishida, anunció que abandonará el cargo de líder del Partido Liberal Democrático (PLD) en septiembre, poniendo fin a meses de especulaciones sobre su capacidad para sobrevivir al escándalo y al aumento del costo de la vida.

En una rueda de prensa celebrada hoy, Kishida declaró que no se presentaría a la reelección en la votación interna del mes que viene para la presidencia del PLD, que de hecho otorga al titular el cargo de primer ministro japonés.

"Japón sigue afrontando situaciones difíciles dentro y fuera del país. Es muy importante que abordemos estas cuestiones con mano firme. El primer paso y el más claro para demostrar que el PLD está cambiando es que yo dimita", manifestó Kishida.

El cambio se produce en un momento de vital importancia para Japón, que ha asumido un papel de defensa más enérgico en el Pacífico y ha reforzado la cooperación en materia de seguridad con Estados Unidos ante el ascenso de China.

La economía del país también ha empezado a salir de una lucha de décadas contra la deflación y el bajo crecimiento, mientras que sus mercados de renta variable se han convertido en un destino favorito para los inversores que buscan una alternativa a China ante los crecientes riesgos geopolíticos.

Sin embargo, los tres años de gobierno de Kishida se han caracterizado por su pérdida de popularidad, provocada en gran parte por un escándalo de financiación que le obligó a destituir a cuatro ministros del gabinete en 2023.

En febrero, un sondeo elaborado por el diario Mainichi reveló que sólo el 14% de los votantes aprobaba la gestión de su Gobierno, muy por debajo del 30% que ha derrotado a anteriores primeros ministros japoneses.

Los analistas políticos han atribuido la supervivencia de Kishida a la debilidad de los partidos de la oposición japonesa y a la falta de candidatos propicios dentro del PLD.

La decisión de Kishida tomó por sorpresa al PLD, donde altos cargos creían que el primer ministro tenía intención de presentarse a las elecciones, según varias personas cercanas al gabinete.

Kishida explicó que su decisión se basaba en la necesidad de restaurar la confianza en la política y que el sucesor ideal tendría una mentalidad reformista.

"La confianza en la política y del pueblo son fundamentales. Sólo recuperando la comprensión y la confianza del público podremos avanzar, y por eso el PLD debe cambiar", declaró en la rueda de prensa.

Al retirarse de la elección del liderazgo, que se espera se celebre el 20 de septiembre, Kishida, de 67 años, abre el camino para que varios candidatos compitan por el puesto.

Los analistas políticos especulan con la posibilidad de que su sucesor sea el ex ministro de Comercio Toshimitsu Motegi, de 68 años, el ex ministro de Defensa Shigeru Ishiba, de 67, y el ex ministro de Asuntos Exteriores Taro Kono, de 61, todos ellos políticos de carrera.

El descontento público con el partido gobernante iba mucho más allá de su cúpula directiva. Según los analistas, con independencia de quién gane, será muy difícil recuperar el apoyo al PLD.

Un posible contendiente más joven es Takayuki Kobayashi, de 49 años, graduado en la Harvard Kennedy School, a quien se atribuye haber mostrado una mano firme como ministro de Seguridad Económica entre 2021 y 2022.

El candidato que resulte elegido presidente del PLD deberá liderar el partido en unas elecciones generales que están previstas para finales de octubre de 2025.

Los ejecutivos creen que una cuestión crítica es si el próximo líder del PLD tendría la experiencia suficiente para hacer frente a los desafíos internacionales, incluida una China cada vez más asertiva y la posible reelección de Donald Trump como presidente de Estados Unidos.

Kishida, que anteriormente fue ministro de Asuntos Exteriores, llegó al poder en octubre de 2021 con la promesa de establecer un «Nuevo Capitalismo». Su incapacidad inicial para explicar plenamente sus planes de redistribución de la riqueza provocó un rápido desplome de la bolsa de Tokio que se conoció como el «shock Kishida».

Pero su mandato de tres años incluye una serie de logros que sus predecesores no consiguieron, como un aumento histórico del gasto japonés en defensa en 2022 que, por etapas, elevaría el presupuesto militar de alrededor del 1% del producto interior bruto a aproximadamente el 2% en cinco años.

Los esfuerzos de Kishida por convencer a las empresas japonesas de que suban los salarios también dieron sus frutos. Las negociaciones salariales consiguieron el mayor aumento de sueldos desde 1991 para los trabajadores de las grandes empresas.

El embajador estadounidense en Japón, Rahm Emanuel, elogió el miércoles al primer ministro saliente como «un verdadero amigo» de Washington.

"Kishida ha colaborado con el Presidente Biden para abrir un nuevo capítulo en la relación entre Estados Unidos y Japón", declaró Emanuel.

Temas relacionados
Más noticias de Japón

Las más leídas de Financial Times

Destacadas de hoy

Noticias de tu interés

Compartí tus comentarios

¿Querés dejar tu opinión? Registrate para comentar este artículo.