La bodega boutique multipremiada que se hizo fuerte en Europa y va en busca del mercado de EEUU
Es francés y junto a su esposa cumplió el sueño de crear una bodega boutique lejos de su tierra. Después de 30 años exporta a 23 países prepara un espumante de alta gama y dice que el vino argentino tiene que buscar su nueva estrella en la cepa torrontés
Hace más de 30 años Hervé Joyaux Fabre recorrió varios países en busca del terruño ideal para cumplir el sueño de la bodega propia y ampliar el horizonte de una familia de larga trayectoria en el negocio vitivinícola, en Burdeos, Francia.
El lugar elegido fue un antiguo viñedo de comienzos del siglo XX en Luján de Cuyo, Mendoza: allí construyó la primera bodega boutique de la Argentina a la que llamó Bodegas Fabre, fue pionera en la elaboración de vinos malbec de alta gama, en tiempos en que esta cepa se consideraba poco más que un compañero de mezclas.
De paso por Buenos Aires, de su viaje de Francia a su finca en Mendoza, el enólogo explica que Bodegas Fabre y la Bodega Infinitus que creó hace 15 años en antiguas instalaciones del Alto Valle de Río Negro, hoy exportan el 75% de su producción, especialmente al mercado británico donde ya está consolidado y con interesante presencia en Suiza, Bélgica y Alemania.
El objetivo del norte
Sus vinos llegan a 23 mercados, la bodega es el quinto importador de Inglaterra y se luce en varios países de Europa, pero luego de muchos años de trabajo y decenas de premios internacionales Fabre ahora apuesta a crecer en el mercado de los Estados Unidos, en donde busca actualmente un distribuidor que le permita tener la presencia extendida.
Se trata de un mercado muy grande, analiza, en el que se requiere un socio que asegure la distribución y disminuya los riesgos comerciales, por lo cual siempre se le hizo difícil crecer más allá de la calidad de su propuesta.
Para el experto, el negocio del vino está enfrentando un retroceso en el mundo por cuestiones vinculadas a cambios culturales del consumidor, especialmente en los jóvenes, por lo que la industria enfrenta renovados desafíos de romper la tendencia a la baja de sus ventas.
Así, además de buscar crecer en el mercado del Norte de América, Fabre tiene previsto lanzar un espumante de alta gama exactamente en un año, cuando la producción cumpla 18 meses reposando en borra, y de la que producirá unas 7200 botellas con equipamiento propio.
Lo hará con la misma marca Fabre Montmayou, la que en vinos tintos se caracterizó por reflejar un inconfundible estilo francés, porque se elaboran aplicando las técnicas utilizadas en los más prestigiosos châteaux de Francia respetando los procedimientos que destacan la mejor expresión del terroir de cada finca de la bodega.
Pero a pesar de ese conocimiento profundo de los tintos, Fabre entiende que "el gran desafío del vino argentino es el torrontés" una cepa autóctona que se encuentra en un estado de evolución que equipara al malbec de hace 30 años, y que requiere inversión y sofisticación de la uva para sacar un producto de alta gama que sea la nueva identidad nacional.
En ese punto, afirma que el proceso que puede llevar años no solo requiere el convencimiento de muchos productores, sino también de "acompañar la tendencia hacia los blancos" que se está observando en el mundo y no repetir el error del malbec de no abrirse a la producción en otros países.
Para estos nuevos tiempos, Fabre cuenta con el equipo que armó y coordina como un director de orquesta, que hizo crecer a la bodega tanto en calidad como en ventas. Su esposa y compañera en esta aventura, Diane, ha sido su mano derecha durante estos años haciendo también grandes aportes al desarrollo de la bodega.
Hoy la línea Fabré Montmayou comercializa con gran éxito en la Argentina y el mundo las líneas grand vin, gran reserva y reserva, los HJ. Fabre Reserva, los Phebus, su línea de vinos jóvenes y frutados, y los vinos de la bodega Infinitus.
En julio de 2018, Fabre fue distinguido como el mejor winemaker de vinos tintos del año en el marco de la edición 35º del International Wine Challenge (IWC), donde además obtuvo cuatro medallas de oro.
El año anterior la bodega había sido galardonada en este mismo concurso, considerado como el Oscar del mundo del vino, como la mejor bodega del año. Y al año siguiente en 2019 fue nuevamente candidato a "Mejor Enólogo del Año de Vinos Tintos" en el International Wine Challenge (IWC).
La bodega ha tenido grandes reconocimientos en Decanter World Wine Awards IWC con medallas de oro y otros trofeos de gran importancia internacional.
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