La semilla llena de proteínas que activa el colágeno y previene el envejecimiento: así la puedes preparar todos los días
Descubre cómo incorporar este alimento saludable en tu dieta diaria. ¿Cómo prepararlo en casa?
Una alimentación saludable juega un papel crucial en el mantenimiento de la salud y la vitalidad de la piel. El colágeno, una proteína esencial que forma la estructura de la piel, es fundamental para su elasticidad y firmeza.
Integrar alimentos que promuevan la producción y preservación del colágeno puede contribuir significativamente a mantener una piel saludable y radiante a lo largo del tiempo.
¿Cuál es la semilla que activa el colágeno?
La chía es una semilla reconocida por su alto contenido de nutrientes, incluyendo proteínas, ácidos grasos omega-3 (especialmente ácido alfa-linolénico, ALA), minerales, fibras y antioxidantes, según un estudio publicado en SciELO.
Según los resultados del estudio, confirman que es una gran fuente de macronutrientes. Destacan por su aporte de fibra alimentaria, así como de potasio, calcio, magnesio y hierro. Gracias a su bajo contenido de sodio, son recomendables para dietas con restricción de este mineral. Incorporarlas a la dieta podría complementar una alimentación saludable y equilibrada.
¿Qué es el colágeno y porque es tan importante?
El colágeno es una proteína esencial que forma parte importante de la estructura de la piel, específicamente en la dermis, la capa que se encuentra entre la epidermis y la hipodermis.
Los ácidos grasos omega-3 en la semilla de chía mantienen la integridad de las membranas celulares de la piel, esenciales para su salud. Los antioxidantes combaten los radicales libres que pueden dañar las células de la piel y acelerar el envejecimiento. Además, minerales como el zinc y el magnesio son clave en la síntesis de proteínas y la reparación de tejidos, incluida la piel, apoyando indirectamente la producción de colágeno.
A medida que envejecemos, la producción de colágeno en el cuerpo disminuye naturalmente. Esta pérdida conduce a una disminución en la fuerza y flexibilidad de las células dérmicas.
Por este motivo, mantener una dieta que incluya alimentos ricos en colágeno se considera esencial para contrarrestar los signos asociados con el "envejecimiento prematuro" de la piel.
Beneficios de la semilla de chía
La semilla de chía es una planta rica en aceites al 40% y proteínas al 20%, sin colesterol. Contiene minerales como calcio, hierro, magnesio, fósforo y zinc, además de fibra dietética, aminoácidos, antioxidantes y vitaminas. Estos nutrientes juegan roles clave en la producción y mantenimiento del colágeno en el cuerpo humano.
Gracias a su bajo contenido de ácidos grasos saturados, protege los ácidos grasos poliinsaturados de la oxidación. Es conocida por su alto contenido de ácido -linolénico, que beneficia la salud cardiovascular y reduce la inflamación. Además, puede mejorar la digestión y es baja en calorías.
¿Como consumir semillas de chía?
Las semillas de chía se pueden consumir de diversas formas.
En forma de gel
Remojar las semillas de chía en agua o algún líquido (como leche o jugo) durante al menos 15-20 minutos hasta que se forme un gel espeso. Este gel puede utilizarse como base para puddings, agregarlo a batidos o como sustituto de huevo en recetas.
En bebidas
Mezclar las semillas de chía en batidos, jugos, agua con limón o té. Dejar reposar unos minutos para que las semillas absorban el líquido y se vuelvan gelatinosas.
Espolvorear sobre alimentos
Espolvorear las semillas de chía sobre ensaladas, yogur, cereales, avena o cualquier otro plato.
Incluir en masas
Incorporar las semillas de chía en masas de pan, muffins, galletas u otros productos horneados para aumentar su contenido nutricional.
Como topping
Utilizar las semillas de chía como topping en postres, helados, frutas frescas o incluso en cremas y sopas.
Es importante asegurarse de beber suficiente líquido al consumir semillas de chía, ya que absorben agua y pueden expandirse en el estómago. También es recomendable comenzar con cantidades pequeñas y aumentar gradualmente para permitir que el cuerpo se adapte a la fibra adicional.