Murió el anciano "yo no fui" que aterrorizaba a los vecinos de California con su resortera

Un jubilado de California, acusado de aterrorizar a sus vecinos con una resortera durante casi una década, falleció el miércoles, pocos días después de ser arrestado y comparecer en el tribunal.

Prince Raymond King, de 81 años, fue hallado sin vida en una casa en Azusa, California, a las 7:30 a.m., según informó la policía al Los Angeles Daily News.

Aún se desconoce quién es el propietario de la vivienda donde se encontró a King, pero el sargento Nick Covarrubias de la policía de Azusa afirmó que no hay "evidencia de juego sucio".

¿De qué murió Prince Raymond King?

King murió a causa de una enfermedad cardiovascular arteriosclerótica, que daña las arterias del corazón, y su fallecimiento fue considerado natural por la oficina del médico forense local.

El martes, King, de cabello canoso y usando gafas, se presentó lentamente en el Tribunal Superior de West Covina para su lectura de cargos, donde se declaró no culpable. Se le acusó de usar una resortera para disparar rodamientos de metal contra las casas y vehículos de sus vecinos durante los últimos nueve años, según ABC 7.

¿De qué se acusaba Prince Raymond King?

El fiscal del condado de Los Angeles lo imputó con cinco cargos de vandalismo grave y dos cargos de vandalismo menor, por presuntamente romper numerosas ventanas de casas y parabrisas de autos con su arma manual.

Estos cargos se relacionan con incidentes ocurridos entre octubre de 2021 y mayo de 2024, aunque los vecinos afirmaron que los ataques de King comenzaron en 2015.

La Policía determinó que los rodamientos de metal provenían de él durante su investigación y arrestaron al perturbador vecino el 23 de mayo. Durante su arresto, efectivos encontraron la resortera y entre 10 y 40 rodamientos en su posesión, según el cabo Benjamin Cypher.

¿Por qué liberaron al anciano "yo no fui"?

King fue liberado tras su audiencia el martes, cuando sus abogados argumentaron que sufría de varias enfermedades médicas. Sin embargo, se le ordenó no permanecer en su casa de Azusa, ubicada a unas 25 millas del centro de Los Angeles, aunque se le permitió regresar para recoger medicamentos.

También se le indicó mantenerse al menos a 200 yardas de distancia de las casas que supuestamente atacó, no tener contacto con las víctimas y no poseer armas, incluida su característica resortera.

James Mead, uno de los vecinos y presunta víctima de King, comentó al LA Daily News tras el arresto: "Hemos estado aquí desde 2018. Esto ha sido continuo todo ese tiempo. Para mí, parece ser un buen vecindario, excepto por las ventanas rotas".