Inflación en EE.UU: cae la compra de alimentos, según cadena de supermercados
La inflación sigue moldeando el comportamiento de los consumidores estadounidenses, influyendo en dónde y cómo gastan su dinero.
La compañía de tiendas Target reveló una caída significativa en las ventas de comestibles y artículos para el hogar, reflejando la preocupación por la persistencia de los altos precios en un contexto inflacionario.
La visión de esta tienda, no muy alejada de otras similares, llega en un momento crítico en el que los consumidores estadounidenses muestran una mayor cautela con su dinero debido a la disminución de los ahorros, el aumento del endeudamiento y las prolongadas presiones inflacionarias.
Target: caída en el tráfico de clientes y el gasto gedio
Según el informe de resultados, Target registró un descenso del 1,9% en el tráfico general de clientes, coincidiendo con una caída del 1,9% en el gasto medio por visita.
Este declive subraya los desafíos que enfrentan los minoristas en un entorno económico donde la inflación alta sigue afectando los patrones de consumo.
La estrategia de Target para atraer clientes
En respuesta a estas tendencias preocupantes, Target anunció a principios de esta semana una nueva estrategia que incluye la reducción de precios de miles de artículos, incluidos comestibles y productos de primera necesidad.
Al bajar los precios de los artículos esenciales, Target pretende atraer y retener a los compradores mientras navega por un entorno minorista difícil. Esta estrategia de reducción de precios es una respuesta directa a las presiones inflacionarias y a la necesidad de mantener el tráfico de clientes en sus tiendas.
Diferencias con Walmart
A diferencia de Walmart, que obtiene cerca del 60% de sus ingresos de la venta de alimentos, Target genera solo el 20% de sus ingresos de la venta de comestibles.
Esta fuerte dependencia de las compras discrecionales hace que Target sea especialmente susceptible a cualquier reducción del gasto de los consumidores.
Inflación en EE.UU
A pesar de los recientes signos de ralentización de la inflación, la tasa anual se mantiene por encima del 3%, superando el objetivo del 2% de la Reserva Federal.
Esta inflación persistentemente alta sigue moldeando el comportamiento del consumidor, influyendo en dónde y cómo gastan su dinero los compradores estadounidenses.
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