Informe especial

Un gran desafío para el puerto de Mar del Plata

A fin de año vence el permiso precario otorgado a la terminal de contenedores TC2. Es una gran oportunidad para que el Consorcio Portuario Regional convoque a una licitación abierta y transparente que permita el ingreso de operadores dispuestos a invertir.

 Se festejó con bombos y platillos la llegada al puerto de Mar del Plata del buque "Platon" perteneciente a la naviera francesa CMA CGM para hacer el trayecto hasta el puerto de Santos en Brasil.

La nave, de 170 metros de eslora y 27 metros de manga, tiene capacidad de 1.700 Teus (unidad equivalente a un contenedor de 20 pies) y puede disponer a bordo de hasta 500 contenedores refrigerados.

Los funcionarios provinciales que se llegaron hasta la Ciudad Feliz para la ocasión se frotaron las manos al ver la enorme fila de camiones cargados de contenedores que atestaban las calles adyacentes al puerto y anticipaban el rotundo éxito de la operación.

Todo fue un decorado cual escenografía teatral porque la nave solo cargo 50 contenedores. Un chiste.

"Las navieras no hacen beneficencia. Si el próximo buque que venga vuelve a levantar 50 contenedores seguramente abandonen la escala marplatense", señaló Jorge Tiravassi, presidente del Centro de Capitanes de Ultramar y Oficiales de la Marina Mercante.

Otra realidad

Era verdad la fila de camiones, pero estaban allí a la espera de certificar los contenedores y continuar hacia Buenos Aires por ruta.

Lo realmente cierto es que la aduana marplatense certifica cada año unos 13.000 contenedores, pero menos de 2.400 salen por los muelles de Mar del Plata; el resto va por ruta a Buenos Aires.

También es exacto que McCain manda cada año 3.000 contenedores con papas fritas congeladas desde Balcarce a San Pablo, Brasil por camión, cuando tiene a pocos kilómetros la opción de salir por Mar del Plata.

Desde hace una década, y por una cuestionada toma de posesión que incluso derivó en una causa penal, TC2 se encuentra a cargo de la única terminal de contenedores del puerto de Mar del Plata. Hasta la fecha, el Consorcio Portuario Regional Mar del Plata les renovó el permiso precario en dos ocasiones.

Las cosas pueden cambiar a fin de 2024 cuando el Consorcio deba tratar una cuarta renovación. Con tres nuevos directores recientemente ingresados, la votación no sería favorable a la continuidad. Más aún cuando retumban las críticas por la mala gestión y sobre todo la casi nula inversión de la firma permisionaria.

El primer gran problema de TC2 es el espacio, que además de ser escaso está descoordinado. Solo posee dos plazoletas que no tienen piso de concreto conforme lo establece la resolución aduanera para dar estabilidad a las maquinarias y evitar la posible caída de contenedores. Además, estas dos plazoletas se encuentran distantes entre sí y contradicen los más elementales manuales de logística portuaria. 

A esto se suma la casi nula inversión que se manifiesta en el obsoleto equipamiento de izaje y la escasa capacitación brindada a su personal. Si faltara algo, solo dispone de 300 enchufes reefers de los cuales solo funcionarían menos de 200. Cierra el círculo una cúpula directiva de composición familiar y sin organigrama para la toma de decisiones.

Todo esto puede resolverse, siempre y cuando los directores del Consorcio Portuario Regional Mar del Plata decidan abandonar la práctica de renovaciones automáticas y abran el juego en una licitación amplia y transparente que posibilite la presentación de ofertas de nuevos operadores con vocación de invertir y profesionalizar la operatoria.

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