Bill Gates tiene la fórmula para achicar la mortalidad infantil a la mitad en 2024
El magnate tecnológico presenta un plan revolucionario para salvar vidas infantiles a escala global.
La mortalidad infantil, las muertes de niños menores de cinco años, sigue siendo un desafío crítico global, especialmente en países de bajos ingresos. Refleja las desigualdades en el acceso a atención médica, nutrición adecuada, y condiciones sanitarias básicas.
A pesar de progresos significativos gracias a vacunaciones y mejoras en la salud pública, aún queda mucho por hacer. La colaboración internacional y el compromiso sostenido son clave para abordar esta tragedia evitable y asegurar que cada niño tenga la oportunidad de vivir un vida saludable y plena.
En este sentido, Bill Gates, conocido por su filantropía y cofundador de Microsoft, ha mostrado un compromiso constante con la reducción de la mortalidad infantil y materna a través de la Fundación Bill y Melinda Gates. Ahora publicó un texto en su blog, Gates Notes, donde afirma que -al igual que lo que ocurrió entre 1990 y la actualidad- el mundo será capaz de reducir a la mitad la tasa de mortalidad infantil para 2040.
Su acercamiento a esta problemática comenzó hace 27 años, cuando leyó un artículo en el New York Times sobre el peligroso agua potable en los países más pobres del mundo, que contenía la siguiente estadística: "La diarrea mata aproximadamente a 3.1 millones de personas anualmente, casi todos ellos niños". Aprender eso lo sacudió profundamente. "No hay dolor más grande que la muerte de un niño. La muerte de millones de ellos, por algo fácilmente tratable en gran parte del mundo, es tragedia tras tragedia en una escala casi inimaginable", escribe en su blog.
No pasó mucho tiempo antes de que Gates comenzara a aprender todo lo que pudo sobre la salud global en general y la mortalidad infantil específicamente. Y poco después, la Fundación Gates, que apenas estaba comenzando, se puso como misión luchar contra las disparidades de salud prevenibles como esta en todo el mundo, con un énfasis en los niños cuyas vidas estaban siendo truncadas antes de que tuvieran una oportunidad.
Para el 2019, ocurrió algo notable -lo que considera como uno de los logros más importantes que la humanidad ha conseguido-: en menos de tres décadas, la mortalidad infantil se redujo a más de la mitad.
Las muertes por sarampión cayeron un 90% gracias a las vacunas. Las muertes por neumonía se redujeron en un 70%, también gracias a las vacunas. Las muertes por diarrea-que no hace mucho tiempo mataban a 3 millones de niños al año-cayeron un 70%, gracias a intervenciones de baja tecnología como la solución de rehidratación oral, programas de saneamiento a gran escala, y una nueva vacuna contra el rotavirus.
Además, las muertes por malaria se redujeron en un 36% gracias a las efectivas redes para camas y sprays. Incluso las muertes por VIH, que se triplicaron como causa de muerte en niños en los años 90, cayeron un 33% una vez que descubrimos cómo proteger y tratar a las madres para que no transmitan el virus a sus bebés.
No solo disminuyeron las tasas de mortalidad infantil de estas enfermedades. Año tras año, el número absoluto de muertes infantiles totales cayó -incluso mientras la población global aumentaba- de 12 millones en 1990 a cinco millones en 2019, explica Gates.
"Pero no estamos avanzando lo suficientemente rápido. Casi cinco millones de niños todavía mueren cada año antes de alcanzar su quinto cumpleaños. Otros dos millones son nacidos muertos. Prácticamente todas estas muertes ocurren en países de bajos y medianos ingresos, y cada una es una tragedia que devasta a familias y comunidades enteras", apunta, preocupado.
Cómo se puede reducir a la mitad la mortalidad infantil para 2040
Su propósito es reducir la mortalidad infantil a menos de tres millones de muertes para 2040 en todo el mundo. Dice que es posible, dado que ya contamos con la mayoría de las herramientas que necesitamos.
Para reducir la mortalidad infantil, el texto de Bill Gates propone varios enfoques centrados principalmente en la salud de la madre y el recién nacido:
1. Enfoque en la salud materna:
- Mantener a las mujeres saludables antes y durante el embarazo es crucial para asegurar nacimientos saludables.
2. Prevención de hemorragias postparto:
- Utilizar un paño obstétrico calibrado para medir la pérdida de sangre real durante el parto.
- Implementar el enfoque E-MOTIVE para administrar intervenciones que detienen el sangrado de manera simultánea.
3. Prevención de infecciones durante el parto:
- Administración preventiva de azitromicina para reducir los casos de sepsis.
4. Desarrollo pulmonar en bebés prematuros:
- Prescripción de corticosteroides antenatales a madres en riesgo de parto prematuro para acelerar el desarrollo de los pulmones del bebé.
5. Lucha contra la desnutrición:
- Administración de suplementos de micronutrientes a mujeres embarazadas para mejorar la salud del microbioma intestinal del bebé.
- Uso de polvos probióticos en la leche materna para bebés nacidos bajo peso o prematuros, mejorando su sistema digestivo y reduciendo el riesgo de infecciones graves.
El posteo enfatiza la importancia de estas intervenciones en el comienzo de la vida del bebé, especialmente durante el primer mes, que es cuando ocurre la mitad de todas las muertes de niños menores de cinco años. Implementar estas soluciones a nivel mundial requiere de renovadas inversiones por parte de gobiernos y organizaciones para llegar a las poblaciones más vulnerables.
Estas estrategias ya existen y son de bajo costo, lo que sugiere que con la acción adecuada, la meta de reducir aún más la mortalidad infantil es alcanzable.
¿Qué más se puede hacer para reducir la mortalidad infantil?
Para eliminar completamente las muertes prevenibles de niños, es necesario seguir avanzando en varias áreas clave. Esto incluye mejorar el saneamiento y el acceso al agua potable, desarrollar vacunas contra el VIH y nuevas generaciones de vacunas contra la malaria, y ampliar los esfuerzos de distribución de vacunas.
Es especialmente importante llegar a los niños de bajos ingresos que nunca han recibido vacunas, quienes constituyen una gran parte de las muertes infantiles prevenibles. Gavi, la Alianza de Vacunas, juega un papel crucial en este esfuerzo, trabajando para vacunar a más niños en los países más pobres.
A pesar de los desafíos, con el compromiso adecuado, el objetivo de eliminar las muertes infantiles prevenibles es alcanzable, aspirando a un futuro donde todos los niños tengan la oportunidad de sobrevivir y prosperar.