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El ejemplo del FMI para la Argentina: cómo este país logró bajar su deuda a la mitad en 10 años

Al Fondo le gustaría que otros sigan el caso de Jamaica, pero está descubriendo que su ejemplo puede ser extremadamente difícil de lograr.

El debate de cómo reducir la deuda pública sigue fresco. Y dado el aumento de las tasas de interés y el débil crecimiento, las respuestas son igual de agrias. Pero un nuevo documento de trabajo analiza el extraordinario caso de Jamaica, que redujo a la mitad su ratio deuda pública/PBI (desde 144%) entre 2012 y 2023. ¿Qué podrían aprender los demás?

La respuesta obvia es: no mucho. Como los políticos estadounidenses se niegan a lidiar con su situación fiscal, no están dispuestos a seguir los consejos de un país propenso a los huracanes, con un PBI per cápita de u$s 6000, una población menor que la de Gales y exportaciones dominadas por el turismo y el óxido de aluminio. Incluso otros países más pequeños con elevadas cargas de deuda se enfrentarán a sus propias circunstancias especiales.

Pero si prestamos atención, podemos sacar algunas lecciones. Una de ellas es que es posible ajustarse el cinturón a la antigua usanza. Los países más pobres tienden a depender de una mezcla de crecimiento e inflación para aplastar sus ratios deuda pública/PBI. Pero Jamaica lo consiguió gracias a unos superávits primarios sostenidos (un exceso de ingresos sobre gastos, excluidos los pagos de intereses de la deuda).

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Vale la pena insistir en lo extremo de esta situación. En la década de 2010, los griegos pusieron el grito en el cielo por las aplastantes condiciones impuestas por la Troika -el FMI, el Banco Central Europeo y la Comisión Europea- y finalmente lograron un superávit primario de alrededor del 4% del PBI. Tras un programa del FMI acordado en 2013, el de Jamaica superó el 7% del PBI durante siete años consecutivos.

¿Cómo lo hicieron? Quizá por las circunstancias. Al principio, el camino de Jamaica parecía muy improbable. Su reputación de mala gestión fiscal hizo que en 2012 el Gobierno estuviera desesperado, aislado de los mercados internacionales y enfrentándose a la frialdad del FMI. Peter Blair Henry, de la Universidad de Stanford y uno de los autores del estudio, atribuye parte del mérito a un liderazgo fuerte.

En un estudio anterior, los coautores de Henry, Serkan Arslanalp, del FMI, y Barry Eichengreen, de la Universidad de California en Berkeley, hallaron indicios de una lección más general. Un gobierno dividido hace menos probable que se produzcan superávits primarios, presumiblemente porque hace más probable que los políticos discutan sobre quién debe soportar la carga de los recortes del gasto o las subas de impuestos.

En el caso de Jamaica, los economistas afirman que una "tradición de consenso duramente ganada" fue clave para "un sentido de reparto justo de la carga". Los acreedores del Estado aceptaron un recorte, mientras que los trabajadores del sector público aceptaron una limitación salarial continuada. Un grupo formado por representantes del sector financiero y de los sindicatos supervisó los esfuerzos de reforma, echando por tierra la historia de que el FMI vigilaba las duras reformas desde lejos. Ni siquiera un cambio de gobierno desvió el rumbo.

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El otro supuesto secreto de la habilidad de Jamaica para bajar la deuda eran sus normas fiscales. Éstas eran lo suficientemente transparentes como para que los dirigentes políticos rindieran cuentas, pero fue la inclusión de una cláusula de escape en caso de desastre lo que hizo que las normas fueran creíbles. Para cumplirlas era necesario el consenso. Los autores del estudio sugieren que ninguno de los dos habría funcionado sin el otro.

Pero trasplantar estas lecciones a otros lugares es todo un reto. El FMI está deseoso de que otros sigan el ejemplo de Jamaica, pero está descubriendo que eso puede ser difícil de lograr. Quizá Jamaica sea una de las pocas excepciones que confirman la regla: este tipo de reducción de la deuda es extremadamente difícil.

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El camino de Jamaica puede haber sido posible, pero ¿era deseable? Sin duda, no tenía opciones fáciles. Y más recientemente, hay indicios de que sus esfuerzos se han visto recompensados. Joydeep Mukherji, de la agencia de calificación crediticia S&P, señala que el gobierno ha recuperado el acceso a los mercados, que está utilizando para reprogramar su deuda. El pasado octubre incluso emitió un bono internacional en su propia moneda.

En la década de 2010, el desempleo disminuyó. Pero aunque el crecimiento de Jamaica se hizo menos volátil, también fue lento. Los estrictos límites fiscales han suprimido el gasto en infraestructura. "No tenemos una idea clara de si un poco menos de consolidación fiscal -si los fondos adicionales se hubieran destinado a cosas como el gasto en educación o el gasto en salud- podría haber sido igual de bueno o mejor", dice Eichengreen. Así pues, hay margen para seguir aprendiendo.

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  • BB

    benedic .Bartolomeo

    05/04/24

    ALGUNOS GOBERNANTES UN POCO MAS , ESTE DESQUICIADO MENTAL SE LLEVA LAS PALMAS HA SIDO EL ETERMINADOR DE ARGENTINOS UN HDP MUY IMPORTANTE

    Responder