La entrada del Estado en Telefónica provoca temor de que busque influir en la estrategia de la compañía
Aunque con ciertas reservas, el mercado mira con optimismo el ingreso de la SEPI en el accionariado de la teleco de bandera.
Los analistas coinciden en destacar que aunque esperado el anuncio de la entrada del Estado a Telefónica través de la SEPI sorprendió. Pero hoy, 24 horas más tarde, la calma es el sentimiento que domina en el mercado. El mejor termómetro, como es habitual, es el que mide la temperatura de la acción de la compañía, que a poco de terminar la ronda cotiza a 4,07 euros, cifra que refleja una subida de dos puntos porcentuales que, traducido a señales del parqué, indica aceptación, mientras espera qué rol tomará el Gobierno en la operadora.
Específicamente lo que los inversionistas quieren conocer es si el Gobierno actuará sólo a modo de blindaje ante la posible entrada a la compañía de empresas rivales o incómodas por procedencia, o si aprovechará la mayoría que el 10% de las acciones previsto para el futuro la utilizará para inmiscuirse en la gestión o movimientos en la cúpula de la operadora.
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Ante la consulta de El Cronista España, Telefónica aseguró que seguirán enfocados en la ejecución del Plan Estratégico 2023-2026 para seguir creando valor para los accionistas y procurar el mejor servicio a los clientes. Afirmación que da por hecho la primera de las opciones.
"La compra de un paquete accionarial por parte de la SEPI es la confirmación del anuncio realizado el pasado 19 de diciembre en un hecho relevante enviado a la Comisión Nacional del Mercado de Valores. No tenemos más información al respecto. En todo caso, el interés por Telefónica demuestra que es una compañía líder, estratégica y atractiva no sólo en el ámbito de las telecomunicaciones sino también en el desarrollo del conjunto de la nueva era digital, tanto en España como en el plano internacional. Desde Telefónica seguiremos enfocados en la ejecución del Plan Estratégico 2023-2026 para seguir creando valor para los accionistas y procurar el mejor servicio a los clientes", completó.
De manera similar se expresó el sindicato UGT: "Estamos a favor de cualquier movimiento accionarial que de estabilidad a la compañía pues esta repercute en una mayor estabilidad a la plantilla y facilita el mantenimiento de las condiciones laborales a futuro", aseguró su portavoz a El Cronista España.
Por su parte, y tras conocerse su ingreso en Telefónica, la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI), explicó en un comunicado que "en cumplimiento del acuerdo de Consejo de Ministros del pasado diciembre, que ordena a SEPI la compra de acciones hasta alcanzar un máximo del 10% de capital social de la compañía, la Sociedad Estatal alcanzó el 3%, comunicando la adquisición de participaciones significativas al alcanzar el umbral que prevé la normativa sobre la materia".
Los memoriosos recordaron que el mandato del Gobierno a la SEPI para entrar en el capital social de Telefónica se produjo como reacción al sorpresivo desembarco del operador saudí STC -controlado por el fondo soberano del país, PIF (Public Investment Fund) - en el accionariado de la operadora presidida por José María Álvarez-Pallete el pasado septiembre.
"La entrada de la SEPI, accionista con vocación de permanencia, permitirá proporcionar a Telefónica una mayor estabilidad accionarial para la consecución de sus objetivos, contribuyendo a la salvaguarda de las capacidades estratégicas de una compañía estratégica para los intereses nacionales por su liderazgo en el sector de las telecomunicaciones y sus capacidades industriales, determinantes en áreas como la seguridad y la defensa", añadió el comunicado del brazo industrial del Estado.
Incluso, la semana pasada, el consejero delegado de CaixaBank, Gonzalo Gortázar, se mostró convencido de que la presencia del Estado en el capital de la operadora no cambiará la gestión de la compañía. "El Estado será absolutamente respetuoso como lo es como accionista de CaixaBank", señaló el ejecutivo en un evento organizado por El Español.
Con todo, la actuación del Gobierno en Indra, la otra sociedad en la que el Estado tiene una posición dominante, genera dudas sobre la intensión de la Administración Sánchez de mantener en la teleco una posición pasiva.
Las dos estrategias
Para Gonzalo Lardiés, gestor senior de Renta Variable de AndBank Wealth Management, en el movimiento del Gobierno pueden verse dos consecuencias. "Una en cada sentido. Esto es apostar por esa capacidad estratégica de la compañía y defenderla; y por el otro lado no se puede descartar una injerencia en cuando a la estrategia de la empresa, "que habrá que ver si se perciben mas los objetivos estratégicos que tenga el Gobierno con esa participación o bien los intereses industriales que deberían de defenderse respecto al resto de accionistas".
Pero lo cierto es que no oculta sus dudas de que el Gobierno no se inmiscuya en decisiones de la compañía. "Lo niegan porque lo que se busca en un primer momento es calmar las inquietudes que puedan tener los inversores. Pero qué duda cabe que en un momento determinado se puedan producir movimientos en el sector" y "si el Gobierno ya tiene capacidad para aprobar o rechazar determinadas operaciones que ellos consideren que pueden afectar a compañías que consideran estratégicas, en un futuro no muy lejano esa capacidad es mucho más elevada, teniendo un 10% del accionariado".
Lardiés explica que el punto está en qué se debe priorizar: Si los intereses estratégicos a nivel estatal o bien los intereses industriales que deberían prevalecer para el resto de accionistas. "Entonces ahí es donde se generan mayores dudas de cara al futuro y qué cambios puede haber de cara a la cúpula de la compañía y la estrategia de la misma", afirma.
Los otros accionistas de referencia: CaixaBank y BBVA
Independientemente de la estrategia que finalmente seguirá el Gobierno en Telefónica, Lardiés destaca que en la operadora hay dos posiciones de bancos, CaixaBank y BBVA, "que son inversores estratégicos, estructurales, que están desde hace muchos años en la compañía y al fin al cabo ejercieron un poco de control o de estabilidad dentro del accionariado".
Sí en cambio sorprendió que CaixaBank notificara el mismo día en que la SEPI ingresó a Telefónica, una reducción de su participación en la teleco en un punto para quedarse en el 2,51% del capital de la operadora. En el comunicado explicó que entregó este porcentaje para liquidar parcialmente una cobertura sobre el 1,957% del capital de la empresa que encabeza José María Álvarez Pallete. Por su parte, Criteria Caixa, brazo inversor de la antigua caja, mantiene una cifra similar en el capital de Telefónica.
De acuerdo a Renta 4, la menor exposición de Caixabank y la posición de Criteria en el accionariado de Telefónica, obedece a que el objetivo de los catalanes es una participación conjunta por encima del 5%. Ahora estaría en el 5,07%, sostiene el banco de inversión.
Así, a finales del mes de febrero, los catalanes tenían un 2,56% del capital de la compañía de Telefónica, cifra que fue paulatinamente aumentando la inversión que comenzó en 2017, cuando ingresó a la operadora.
Así las cosas, que CaixaBank redujo su participación en Telefónica el mismo día en que el Estado entra en la operadora a través de la SEPI, hizo pensar a más de un analista si existen este tipo de coincidencias.
Para el directivo de AndBank, el movimiento de CaixaBank es "mucha casualidad". "Quizás en los próximos días tengamos más información, dijeron que es casualidad pero puede que no sea tanta casualidad", piensa, aunque, tras matizar, regresa a su idea original: "Nos tenemos que fiar de lo que nos dicen. Pero es demasiada casualidad que ambas operaciones se materialicen el mismo día. Vamos fiarnos de momento lo que dice CaixaBank pero tampoco me extrañaría que en ese movimiento hubiese algo más", sospecha Lardiés.
De lo que no hay dudas es que el objetivo del grupo es que la participación conjunta se sitúe por encima del 5%, que ahora estaría en el 5,07%.
Qué sucederá con la acción
Para Renta 4 el ingreso del Estado en Telefónica era una noticia esperada. Y apuesta a que la Sociedad continuará comprando títulos a mercado para seguir construyendo su participación hasta el 10%, "un apoyo que consideramos clave para su cotización en los próximos meses".
En cuanto al precio objetivo lo sitúa en 4,6 euros, y su recomendación es "sobreponderar".
Por su parte, Juan Peña, analista de GVC Gaesco explicó que, si los títulos suben más de un 10% en el año, únicamente con un 3% de compras de la SEPI, es de esperar "un mejor comportamiento para la acción en el futuro".
Con todo, al igual que Lardiés guarda su reparo en la operación, porque como su colega de AndBank tiene dudas si la entrada de la SEPI sea la mejor opción estratégica a futuro "debido al carácter intervencionista de este Gobierno".
En todo caso, el experto de GVC Gaesco mantuvo su visión positiva sobre Telefónica, dada la buena marcha de la compañía y las dinámicas favorables del sector.
Renta 4 sostiene que el ingreso de la SEPI refuerza la "españolidad" de Telefónica, al estar representada además, por Caixabank, máximo accionista (5,07%) incluyendo Criteria (2,56%) y BBVA 4,839%.
A modo de conclusión, Lardiés confiesa que más allá de Telefónica "somos optimistas en general en el sector precisamente por el proceso de consolidación que creemos se puede producir en el próximo año próximo dos años".