Lo dice la Biblia: este es el planeta más cercano al trono de Dios según las antiguas escrituras
El conocimiento de este planeta o estrella cercana a al que sería el trono de Dios, genera un importante dato para su fe.
En el vasto universo de creencias y doctrinas, existe una perspectiva singular que señala hacia un planeta o estrella especial llamado Kólob, situado cerca del trono de Dios, según las enseñanzas de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días.
Este asombroso concepto, extraído del Libro de Abraham, ha capturado la imaginación y la fe de los mormones, añadiendo un elemento celestial a su cosmovisión.
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Kólob en el Libro de Abraham: Una estrella o un planeta
Kólob, mencionado en el Libro de Abraham, se presenta como un cuerpo celeste de gran magnitud, la estrella más cercana al trono divino. Su importancia radica en su posición jerárquica en el firmamento, gobernando sobre otras estrellas de su misma categoría.
La descripción de Kólob como "la primera creación" y la más próxima a lo celestial, según las palabras de Joseph Smith, infunde a este cuerpo celestial con una relevancia cósmica única.
El Libro de Abraham también proporciona medidas de tiempo celestiales, donde un día en Kólob equivale a mil años terrestres.
Este enfoque en la relación entre el tiempo y el espacio resalta la conexión entre Kólob y la divinidad, ofreciendo una perspectiva única sobre la naturaleza de la existencia en el universo mormón.
«(...) y vi las estrellas, y que eran muy grandes, y que una de ellas se hallaba más próxima al trono de Dios; y había muchas de las grandes que estaban cerca;... y el nombre de la mayor es Kólob, porque está cerca de mí, pues yo soy el Señor tu Dios; a ésta la he puesto para regir a todas las que pertenecen al mismo orden que ésa sobre la cual estas», reza la información sobre Kólob según Joseph Smith.
Interpretaciones literales y especulativas sobre Kólob
La interpretación de Kólob como un planeta o estrella real ha sido objeto de debate y especulación dentro de la comunidad mormona. La falta de claridad en el texto original permite que algunos lo vean como una estrella fija, mientras que otros lo consideran un planeta.
Las visiones varían, y líderes prominentes, como Brigham Young y John Taylor, han respaldado ambas interpretaciones, contribuyendo a la diversidad de perspectivas dentro del mormonismo.
La creencia en Kólob como el lugar de nacimiento de la Tierra durante un período de 6000 años, según la teoría de algunos mormones, añade capas adicionales a esta narrativa cósmica.
La idea de que la Tierra fue arrojada al sistema solar después de la caída de Adán, junto con la especulación sobre su regreso a la órbita original cerca de Kólob al final de los tiempos, resalta la complejidad de estas creencias y sus implicaciones para la cosmología mormona.
Intentos de identificar Kólob en el espacio
Dentro de la astronomía especulativa, algunos mormones han intentado identificar a Kólob con cuerpos celestes conocidos. Desde Sagitario A en el Centro Galáctico hasta la consideración de Polaris como una posible candidata, estas teorías reflejan el deseo de encontrar conexiones entre las creencias religiosas y la comprensión científica del cosmos.
Sin embargo, es importante destacar que estas identificaciones son opiniones personales y no comprometen la doctrina revelada de la Iglesia.
La ciencia astronómica contemporánea no respalda estas conjeturas, y la Iglesia mormona sostiene que estas interpretaciones son meramente especulativas y no forman parte de sus enseñanzas oficiales.
Kólob como símbolo de Jesucristo
Además de la interpretación literal, la Iglesia destaca una visión metafórica de Kólob como "un símbolo de Jesucristo". En esta perspectiva, Kólob representa la soberanía de Jesús sobre todas las estrellas y planetas similares a la Tierra. Esta interpretación más simbólica armoniza con otras creencias cristianas y sugiere que Dios no tiene un lugar físico o material dentro del universo que conocemos.
El planeta más cercano al trono de Dios, Kólob, según las enseñanzas mormonas, ofrece una fascinante visión de la relación entre lo divino y el cosmos.
Ya sea interpretado literalmente como un cuerpo celeste o simbólicamente como un reflejo de la soberanía de Jesucristo, Kólob añade profundidad a la comprensión de la creación y el propósito dentro de la fe mormona.
A medida que los creyentes en Dios exploran estos misterios celestiales, continúan descubriendo nuevas capas de significado en su búsqueda espiritual y su conexión con el universo que los rodea.