Atención | Todos lo hacemos pero los médicos piden terminar con este ritual de Año Nuevo por una peligrosa razón
Existe una práctica muy común en todo el mundo que puede ser extremadamente dañina para la salud de algunas personas. Entérate cuál es y quiénes deben dejar de realizarla.
Uno de los rituales más frecuentes en Año Nuevo es el de comer 12 uvas a la medianoche antes de que finalice el primer minuto de enero. Cada una de ellas representa un mes del año y la creencia popular indica que quienes consigan hacerlo se asegurarán prosperidad.
Sin embargo, los médicos coinciden en que este famoso rito puede ser bastante peligroso porque las uvas son uno de los alimentos con mayor riesgo de atragantamiento o asfixia. Este es el motivo por el cual deberían evitar comerlas los mayores de 65 años, los niños menores de 5 y las personas con disfagia.
Por qué los médicos alertan sobre este ritual
La Sociedad Española de Otorrinolaringología y Cirugía de Cabeza y Cuello (SEORL-CCC) explica en una nota que esta fruta, por su tamaño, forma, piel resbaladiza y la doble textura que presenta al ser masticada, puede provocar un atragantamiento que genere un taponamiento de las vías aéreas, impidiendo la respiración.
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Así, la tradición de tener que comer las uvas rápido al compás del reloj que marca la medianoche también propicia estos incidentes, y por eso los otorrinolaringólogos ya solicitaron en su día que se alargara el tiempo entre campanadas para poder realizar una masticación previa, lo que minimizaría los riesgos de aspiración.
Por qué hay personas que deberían evitar las uvas por completo
Desde esta sociedad científica aconsejan ofrecer las uvas solo a niños mayores de 5 años sin piel, pepitas y partidas en trozos de forma longitudinal.
Para los menores, las uvas no deben ser ni siquiera sustituidas por frutos secos ni grageas de chocolate, ya que los fragmentos duros que se desprenden al morderlos pueden obstruir las vías respiratorias.
Mientras, los mayores de 65 presentan una incidencia de asfixia siete veces mayor que en niños de 1 a 4 años, según una revisión publicada en la revista Geriatrics.
La disfagia, por su parte, es un trastorno de la deglución que afecta a personas de cualquier edad. Aunque es más frecuente a partir de los 65 años, afectando a casi un tercio de la población mayor.
Fuente: EFE