La historia detrás del Magiclick y por qué su creador argentino le tiene "bronca"
La marca nació en los 60 y fue un boom inmediato en ventas. Su dueña entró en crisis y se reconvirtió. Quién la maneja hoy.
En los 60 un dispositivo revolucionó la relación de los argentinos con la cocina. Hasta ese momento los fósforos dominaban la escena a la hora de encender la hornalla y un invento local le arrebató el protagonismo. Magiclick nació como una marca comercial y se convirtió en un genérico que perdura hasta hoy. Si bien un diseñador nacional tuvo la idea, la verdadera chispa de su tecnología había surgido más de ocho décadas antes.
El empresario Ernesto Vainer regresó de un viaje a Japón en 1963 con un aparato que le había llamado la atención. Apenas lo vio pensó en mostrárselo al especialista Hugo Kogan, encargado del área de diseño de su compañía Electrodomésticos Aurora. Se trataba de un piezoeléctrico, un artefacto que disparaba una chispa cuando se presionaba un botón. Vainer quería, a partir de esto, crear una herramienta popular y Kogan puso manos a la obra.
La piezoelectricidad es la capacidad que tienen ciertos cristales de polarizarse eléctricamente cuando son sometidos a presión. Los hermanos Pierre y Jacques Curie fueron los primeros en realizar una demostración experimental de este fenómeno en 1880 y casi 30 años después se llevó a cabo su aplicación en dispositivos durante la Primera Guerra Mundial. Japón había comenzado con su utilización a comienzos de los 60.
Compartí tus comentarios