Volantazo de Bioceres: cambio de foco en semillas y acuerdo con GDM para capear el temporal
Los resultados de la biotecnológica acusan el impacto de las condiciones climáticas adversas y las dificultades económicas. Para revertirlos, la empresa decidió salir del mercado de mejoramiento de semillas para centrarse en la innovación. En qué consiste la alianza
En medio de la crisis del agro, la biotecnológica argentina Bioceres anunció un cambio en su estrategia para el negocio de semillas, tras facturar en el segundo trimestre de su actual año fiscal u$s 106,7 millones, un 24% menos que en igual período del ejercicio anterior, y haber logrado un resultado neto de u$s 600.000, 51% inferior.
Su CEO, Federico Trucco, informó que, como reacción a la adversidad, abandonará las actividades de mejoramiento y producción de semillas, para centrarse en el desarrollo de nuevas soluciones de soja en alianza con el gigante local Grupo Don Mario (GDM).
"Las condiciones en la Argentina, que sigue siendo nuestro mercado principal, han demostrado ser cada vez más difíciles. Esto afectó el desempeño de nuestro primer semestre fiscal, un período durante el cual estamos más expuestos a las ventas en el hemisferio sur. Si bien mantuvimos o ganamos participación de mercado en todos nuestros segmentos de productos clave, creemos que este entorno macro ofrece oportunidades únicas para liberar todo el potencial comercial de nuestra cartera diferenciada de productos y tecnologías. Como resultado, estamos implementando dos cambios estratégicos significativos", dijo.
Entre los principales cambios que encarará de ahora en más la biotecnológica, se destaca la definición de una nueva estrategia para el negocio de semillas. Esto significa que Bioceres abandonará las actividades de mejoramiento y producción de semillas para enfocarse en el desarrollo de eventos biotecnológicos.
En reemplazo a aquella actividad, la empresa firmó una alianza con GDM para el desarrollo de nuevas soluciones de soja, con derechos exclusivos fuera del espacio de tolerancia a la sequía. "Tomamos la decisión estratégica de abandonar el mejoramiento, la producción y la venta de semillas y, en su lugar, nos asociaremos con líderes de la industria que estén mejor estructurados para estas actividades", reconoció Trucco.
Además, la compañía renovó su CCO (Chief Comercial Officer) y nombró a Milen Marinov, ex Valagro y Syngenta para optimizar sus operaciones comerciales, acelerar la incorporación de nuevos socios estratégicos, y priorizar, diversificar y sincronizar mejor las oportunidades de la cartera para alcanzar un crecimiento rentable.
En este contexto, Bioceres espera que sus ingresos durante el período 24/25 sean de aproximadamente u$s 105 millones, con una utilidad bruta de u$s 45 millones y un ebidta ajustado (ganancias antes de impuestos, intereses, amortización y depreciación) de u$s 15 millones.
Los resultados vistos entre septiembre y diciembre, explicó la empresa, se debieron a la restricción de la economía agrícola, marcada por precios internacionales de commodities en pisos históricos y a los elevados inventarios de protección de cultivos y fertilizantes microperlados en los canales de distribución en la Argentina, un mercado decisivo para la compañía en el trimestre.
Se sumó, además, que el comportamiento de compra de los agricultores en el país cambió significativamente en comparación con el año anterior, impulsado por las condiciones macroeconómicas adversas y el clima desfavorable.
La caída del mercado de agroquímicos fue una de las razones por las que explotó la crisis del agro. La pandemia, la sequía, la volatilidad macroeconómica que impulsaba a los productores a sobrestockearse y hasta la liberación de las importaciones de mercadería proveniente del extranjero, marcaron el inicio de un periodo que ya tiene cuatro víctimas: Los Grobo y su controlada Agrofina, Surcos y Campo de Avanzada. Todos ellos pidieron abrir su concurso preventivo.
Bioceres, biotecnológica de capitales locales, es dueña de la productora y comercializadora de defensivos agrícolas Rizobacter, una de las compañías que, en medio de la crisis del agro no reportó dificultades para pagar deudas o vencimientos. De hecho, de acuerdo con un comunicado que envió a la Comisión Nacional de Valores (CNV) el pasado lunes, pagó "el Servicio 8 de las Obligaciones Negociables Serie VIII", por una suma cercana a u$s 21,5 millones.
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