Rocca volvió a elogiar a Milei pero pasó lista de reclamos: cepo, dólar, política industrial y China
Paolo Rocca, CEO del Grupo Techint, habló en el Alacero Summit, cumbre de la industria siderúrgica regional que se desarrolla en Buenos Aires. Renovó su respaldo público a la "transformación económica" que impulsa el Presidente y advirtió sobre lo que falta
El CEO del grupo Techint, Paolo Rocca, volvió a manifestar su apoyo a las transformaciones económicas que impulsa Javier Milei y valoró los resultados que empezó a mostrar, como la baja de la inflación y del riesgo país. Pero también reclamó por la apertura del cepo y por un tipo de cambio no distorsionado por el flujo de capitales de corto plazo. Además, pidió un "compromiso" del Gobierno para "defender a las actividades industriales", en especial, por la amenaza que representa China, histórico desvelo del empresario, quien no desaprovecha oportunidad para disparar contra el país asiático.
"Lo que está pasando en la Argentina es importante. Muchos de los temas que frenaron a nuestras economías hoy están siendo atacados en la agenda del nuevo gobierno del Presidente Milei", dijo Rocca, durante su participación como keynote speaker del Alacero Summit, cumbre anual de la Asociación Latinoamericana del Acero, que se desarrolla en el hotel Hilton, de la ciudad de Buenos Aires.
"Si uno mira los puntos esenciales (reducción del peso del Estado, eliminación del déficit del Estado, sustancial reducción de las regulaciones de la economía), en la agenda, hay puntos de transformación muy profundos para el país", explicó Rocca.
"Es una agenda que ha sido planteada a los electores en estos términos, no en otros. (Milei) está haciendo lo que dijo que iba a hacer", agregó.
"Los resultados son importantes: menor inflación, caída del riesgo país, la atención que se está despertando sobre este proyecto de transformación", valoró. Acto seguido, pasó a la lista de pendientes.
"Falta completar la apertura del mercado cambiario para poder atraer las inversiones masivas que permitan la transformación de la economía", puntualizó. "¿Por qué lo menciono como un tema relevante? Porque eso podría orientar programas o cambios en la región que podrían poner en discusión los paradigmas del avance del rol del Estado, que han limitado el crecimiento y no han ayudado a América latina a tener una presencia mayor en toda la cadena de valor global", argumentó.
Después de recordar que, con China, "es imposible competir; la cancha está inclinada", Rocca reclamó: "Hace falta que la política de los estados (de la región) nos apoye. La defensa contra la competencia desleal es esencial. Necesitamos estabilidad en reglas de juego, reducción de la carga tributaria sobre las transacciones, en los costos laborales. Un tipo de cambio que refleje la productividad de los factores y no flujos de capital de corto plazo. Calidad y previsibilidad en el sistema judicial, calidad en los recursos humanos. Seguridad de la persona y de la propiedad privada".
"Los inversores evalúan cuidadosamente todos estos factores, resumidos en dos ideas: calidad institucional y facilidad de hacer negocios. También, tienen en consideración el compromiso del Gobierno en defender las actividades industriales", remarcó.
"Necesitamos que los gobiernos actúen y hagan explícito su apoyo. Ayudaría a traer la inversión necesaria. Toda nuestra agenda requiere inversiones importantes que sólo se pueden hacer si la rentabilidad de las compañías lo permiten", advirtió.
Techint es el mayor grupo industrial de la Argentina. Con presencia en siderurgia (Ternium y Tenaris), energía (Tecpetrol) y construcción (Techint Ingeniería y Construcción), tiene ingresos anuales por de u$s 38.400 millones y emplea a 97.000 personas en todo el mundo (19.800 en la Argentina).
Desde que asumió Milei, Rocca -nacido en 1952, en Milán, con un doctorado en Ciencia Política de la Universidad de esa ciudad y posgrados en Harvard- expresó públicamente su apoyo a los cambios que promueve el Presidente. Si bien, hace un par de meses, durante un call con inversores de Tenaris, había dicho que había sido "demasiado optimista", ahora tocó dos nervios sensibles al Libertario.
Por un lado, el reclamo de una política industrial, algo que choca de frente con el credo de Milei, quien en reiteradas ocasiones les aclaró a los empresarios que la única que tiene es "don't pick the winners". Y, por otro, el embate contra China, que no es nuevo de parte de Rocca. Pero sí cambiaron las circunstancias: Milei pasó de "no hacer negocios con China ni ningún comunista" a descubrir, como confesó, "que es un socio fabuloso; lo único que pide es que no lo molesten".
El empresario tiene otra percepción del régimen de Beijing. "China es una potencia industrial dominante con ambiciones geopolíticas sustanciales, no sólo comerciales. Tiene voluntad de expandir su capacidad productiva y su área de influencia comercial, política y militar. Eso contribuyó a la primarización de nuestras economías. Las inundó de productos importados y absorbió materias primas", señaló.
Esa inundación de productos importados, destacó, "permite mantener un control de precios, con una inflación por debajo de lo que sería en ausencia de bienes manufacturados, porque entran en nuestros países hasta por debajo de sus costos de producción".
Agregó que el nivel de presencia que tiene China en el comercio global "fue posible con un gobierno autoritario, capaz de capturar recursos y el excedente de los aumentos de productividad de gran parte de su población".
"China no es una democracia. Es un país con un sistema de gobierno autoritario, centralizado. Con capacidad de asignar recursos con una extraordinaria eficiencia para lograr objetivos concretos", continuó.
Por eso, destacó la necesidad de promover una inserción internacional "que aliente el posicionamiento de la cadena de valor hacia Occidente, con quienes compartimos valores, beneficios y nos sentimos en condiciones de competir".
"Con China, no hay espacio para una competencia leal. Es imposible. La cancha está inclinada", enfatizó.
Durante su discurso, seguido por un auditorio de más de 700 personas, entre quienes estaban desde Jaime Campos (titular de AEA) hasta los sindicalistas Abel Furlan y Naldo Brunelli (UOM), el hombre fuerte de Techint describió los que llamó "factores esenciales" para el futuro de la industria siderúrgica regional: fragmentación y regionalización; bajo nivel de consumo de acero per cápita de América latina; el desafío chino; la importancia de una acción común en la cadena de valor regional; y el desafío de la descarbonización.
Después de compartir cifras sobre el atraso que presenta la industria del acero en América latina, comparada con otras regiones, mencionó como una de las causas las políticas que siguieron la mayoría de los gobiernos de la región.
"Durante muchos años, gobiernos democráticos de toda la región han aplicado políticas económicas que, consistentemente, no permitieron alcanzar la tasa de crecimiento y de diferenciación exigida por nuestras matrices productivas", señaló.
"El avance sistemático del peso del Estado, la carga tributaria, la extrema complejidad y superposición de impuestos, las normas laborales, la fragilidad de la infraestructura, la inseguridad jurídica y la pérdida de calidad del sistema educacional en las escuelas primarias, secundarias y técnicas han contribuido a la pérdida de competitividad y el avance de la informalidad", enumeró.
Subrayó que "las cadenas de valor altamente complejas, que crean empleos calificados y diferenciados, han estado siempre más expuestas a la volatilidad de las políticas".
"Estas políticas no lograron alcanzar el objetivo fundamental para nuestra sociedad: crecimiento sustentable, desarrollo económico y social, creación de oportunidades para las personas y las empresas, y defensa de los derechos básicos de la población", avanzó.
"La estagnación de las economías latinoamericanas deriva de la convicción de gobiernos de diferentes orientaciones políticas, de que la gobernabilidad y el consenso se construyen con la ampliación del papel del Estado, en lugar de estimular la iniciativa privada", definió.
Remarcó que "hoy, el peso del Estado sobre el PBI de América latina superó el de los países desarrollados, incluso, cuando la calidad de los servicios que las personas reciben está lejos de estar alineada con la de los países desarrollados".
"Escaso crecimiento y desindustrialización: esta es la imagen de un fracaso colectivo, que tuvo consecuencias muy graves en la calidad institucional y en la gobernabilidad de la región. Y continuará teniéndolas si no logramos revertir este escenario", concluyó.
Compartí tus comentarios