Oro blanco | La gelatina repleta de colágeno para una piel siempre joven después de los 25 años

El colágeno es una proteína esencial para el cuidado integral del organismo, su principal función es mantener unidos los tejidos del cuerpo. Se encuentra en la piel, huesos, tendones, ligamentos, cartílagos y hasta en los vasos sanguíneos, pero su producción natural disminuye con el avance de la edad.

A través de una dieta balanceada y nutritiva se puede estimular la producción de colágeno, la cual comienza a disminuir a partir de los 25 años en forma paulatina. Es cuando empiezan a aparecer las primeras arrugas, líneas de expresión y otros indicadores de envejecimiento.

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Uno de los bocadillos más ricos en colágeno de la gastronomía mexicana es sin dudas la gelatina de pata, considerada como oro blanco gracias a la cantidad de nutrientes que representa para el cuidado de la salud.

La gelatina repleta de colágeno para una piel siempre joven

La gelatina de pata es un dulce tradicional muy popular en muchos países de América Latina y sobre todo en México. Se elabora de forma natural a partir del colágeno que se extrae de las patas de res, específicamente de la parte inferior.

Además de ser deliciosa, la gelatina de pata se le atribuyen varios beneficios para la salud, gracias a su alto contenido en colágeno. Por ejemplo, ayuda a mejorar la elasticidad y a reducir las arrugas; fortalece el cabello y las uñas, promoviendo su crecimiento; y puede ayudar a aliviar el dolor y la rigidez en las articulaciones y contribuir a mantener los huesos fuertes y saludables.

Cómo preparar gelatina de pata para una piel siempre joven

La gelatina de pata es muy popular en países como Colombia, México, Venezuela y otros. Cada región tiene su propia receta y forma de prepararla, lo que la convierte en una delicia con mucha variedad. Una de las preparaciones más tradicionales es:

Después de cocinar las patas durante mucho tiempo, se obtiene un caldo rico en colágeno. A este caldo se le añaden otros ingredientes como:

• Panela: Un tipo de azúcar sin refinar que le da un sabor dulce y característico.
• Leche: Le aporta cremosidad y suavidad.
• Especias: Canela y vainilla son las más comunes, pero pueden variar según la región. 

Una vez mezclados todos los ingredientes, dejar enfriar hasta que cuaje y forme la textura gelatinosa típica.