Qué hay detrás de las personas que son fanáticas de las series de crímenes, según la psicología
La psicología explica la fascinación que se esconde detrás de las series de crímenes y revela si este gusto esconde en realidad, algún tipo de psicopatía.
De seguro conoces a alguien o tu mismo eres de las personas que solo miran series de crímenes. Casos irresueltos, asesinos seriales, enigmas oscuros: toda reseña que implique algo de esto es motivo suficiente para "maratonear". Pero, ¿qué esconde este gusto desde la psicología?.
¿Es posible pensar que este interés sea el de personas con psicopatías o perversiones? ¿Qué es lo que atrae de estas situaciones ficticias en realidad? La psicología explica la motivación oculta detrás de este fenómeno.
Qué hay detrás de la atracción por las series de crímenes según la psicología
La mayoría de las producciones que reflejan crímenes exploran los límites de la ética. El peligro, la moralidad, la justicia, el miedo han despertado desde siempre curiosidad en el ser humano y según la psicología, nada malo hay en ello. Por el contrario, se trata de una forma de entender el comportamiento humano y las motivaciones detrás de actos extremos.
Lo cierto es que, conocer cómo funciona la mente de un criminal genera una sensación de control y preparación ante posibles amenazas. En ese sentido, una de las explicaciones más aceptadas es que este tipo de contenido permite experimentar miedo en un entorno seguro.
La teoría de la simulación emocional plantea que, al enfrentarnos a situaciones de suspenso o terror a través de una pantalla, el cerebro ensaya respuestas ante peligros hipotéticos sin un riesgo real.
Este mecanismo es similar al de una montaña rusa: genera adrenalina, activa la respuesta de supervivencia y deja una sensación de alivio al finalizar. En este sentido, ver historias de asesinos seriales puede convertirse en una forma de gestionar el miedo y la ansiedad.
No, no eres un psicópata si te gustan las series de crímenes
A diferencia de lo que algunos podrían pensar, el atractivo de estas series no radica en la identificación con los criminales, sino en la conexión con las víctimas y los investigadores. Estas narrativas despiertan indignación, tristeza y, en muchos casos, satisfacción cuando se resuelve el caso, reforzando el sentido de justicia.
Además, la psicología forense ha demostrado que el estudio de la mente criminal ha sido clave para mejorar las estrategias de prevención del delito. Por ello, el interés en estos temas no es señal de un comportamiento problemático, sino de una mente analítica y reflexiva.
En efecto, otro aspecto que motiva a los espectadores es la resolución de enigmas. Seguir pistas, analizar comportamientos y anticipar el desenlace son ejercicios que activan el pensamiento crítico y la deducción lógica. Estudios indican que quienes disfrutan de este contenido suelen poseer una mente inquisitiva y habilidades de razonamiento avanzadas.
Esta tendencia no es exclusiva de la ficción: el éxito de documentales sobre crímenes reales demuestra que el deseo de comprender la conducta humana es una constante en la sociedad.
Gusto no es igual a conducta según la psicología
A pesar de los prejuicios, la ciencia no respalda la idea de que el gusto por estas series esté relacionado con tendencias psicopáticas. No hay evidencia que vincule el consumo de este contenido con conductas violentas o delictivas.
Más bien, estas historias ofrecen una forma de explorar los límites de la naturaleza humana desde una perspectiva segura. Comprender el lado oscuro de la mente no significa justificarlo, sino aprender sobre él.
Disfrutar de series y películas sobre asesinos seriales no es motivo de preocupación. Lejos de ser un signo de riesgo, el interés en estos temas refleja una búsqueda por entender la mente humana, fortalecer el pensamiento analítico y reafirmar valores de justicia y empatía.