Las personas que evitan el contacto visual suelen hacerlo por estos motivos, según la psicología
Los individuos que no pueden sostener la mirada tienen varios rasgos que los describen, según la psicología.
Apartar la mirada en una conversación es un gesto que puede pasar desapercibido, pero que encierra una gran carga emocional y psicológica. No siempre se trata de una falta de educación o desinterés; en muchos casos, es una respuesta instintiva del cuerpo ante ciertas situaciones sociales o mentales.
De acuerdo con diversos estudios y expertos de la psicología, evitar el contacto visual tiene que ver con las emociones y con procesos cognitivos complejos que revelan mucho más de lo que se cree.
Psicología: lo que revela evitar la mirada
Desde la psicología, se ha estudiado el contacto visual como una de las formas más poderosas de comunicación no verbal. Arturo Torres, psicólogo y colaborador frecuente de la revista especializada Psicología y Mente, señala que mantener la mirada implica un nivel alto de conexión humana. Esto, lejos de ser algo sencillo, puede volverse abrumador para algunas personas.
En quienes padecen ansiedad social, timidez extrema o fobia a ser evaluados, apartar la vista es una reacción automática para reducir el nivel de estrés. También es común en personas dentro del espectro autista, quienes suelen experimentar una sobrecarga sensorial en interacciones cotidianas. Sin embargo, Torres aclara que esta conducta también puede manifestarse en individuos sin ningún diagnóstico específico. En determinadas situaciones, sostener la mirada puede ser simplemente demasiado.
Motivo: por qué el cerebro evita mirar a los ojos
Uno de los motivos más interesantes para evitar el contacto visual se encuentra en cómo funciona el cerebro. En un estudio realizado por la Universidad de Tokio, citado por el propio Torres, se observó que cuando las personas mantenían la mirada fija en una imagen mientras resolvían una tarea verbal, su rendimiento disminuía notablemente.
La explicación radica en que el acto de mirar a los ojos requiere un esfuerzo cognitivo significativo: consume recursos mentales y puede interferir con la capacidad de pensar con claridad.
Este hallazgo sugiere que desviar la vista no siempre es un acto de evasión emocional, sino una necesidad del cerebro para concentrarse mejor. Además, muchas personas desarrollan una especie de mecanismo de protección emocional: evitan la mirada para no sentirse vulnerables. Los ojos, al ser tan expresivos, pueden dejar al descubierto emociones que no siempre se está dispuesto a mostrar.
Contacto visual: un lenguaje silencioso y poderoso
El contacto visual es más que un simple gesto; es un puente emocional que puede generar cercanía o incomodidad.
Según la psicología, este intercambio silencioso de miradas puede ser tan intenso que algunas personas prefieren esquivarlo, incluso sin ser conscientes de ello. La mirada puede revelar ansiedad, duda, tristeza o incluso afecto profundo, por lo que no todos están preparados para sostener ese nivel de exposición.
En ese sentido, evitar el contacto visual puede interpretarse como una forma de regular las propias emociones o de protegerse del juicio externo.