El sorprendente experimento mental que dio sentido a toda la existencia y hoy sirve para entender quiénes somos realmente
Fue planteado por un filósofo estadounidense en 1987 y al día de hoy continúa siendo motivo de análisis.
En filosofía, los experimentos mentales son instrumentos utilizados para imaginar potenciales escenarios que nos permitan obtener una noción de cómo pensamos sobre ciertos aspectos del mundo que nos rodea.
Es importante considerar, que al tratarse de situaciones que sería imposible recrear, deben ser resueltas en función del análisis, el pensamiento y de nuestra propia intuición.
En ese sentido, existe uno en particular que al plantearse arrojó luz sobre diversos aspectos de nuestra existencia y que actualmente sirve como herramienta para mejorar nuestra comprensión de quiénes somos realmente. Aquí te contamos de qué se trata.
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El experimento mental que hoy sirve para entender quiénes somos realmente
Este hipotético escenario propuesto por Donald Davidson en 1987 planteó la siguiente situación: un hombre se encuentra de excursión en un pantano, dónde un relámpago lo alcanza y lo mata. Paralelamente, otro relámpago impacta cerca del pantano y convierte a otro manojo de moléculas en un hombre exactamente igual al que acaba de morir.
Así, esta nueva criatura fue denominada por Davidson como "el hombre del pantano" y tendrá exactamente los mismos comportamientos que el hombre que acaba de morir.
Frente a este experimento mental, emerge una pregunta clave: ¿Son iguales el hombre del pantano y el hombre que acaba de morir a causa del rayo?
Según Davidson, no, pues bajo su visión, el primer hombre ha acumulado un gran número de experiencias y sus pensamientos están estrechamente ligados a ellas, mientras que el hombre del pantano podría, por ejemplo, parecer reconocer a los amigos del hombre, pero en realidad se trata de personas a las que jamás ha visto antes, por lo que no los estaría reconociendo realmente.
¿Por qué se planteó este experimento mental?
Así, se buscó demostrar la relación entre los pensamientos y las experiencias, pues si dos personas -aunque en un caso hipotético sean anatómicamente iguales- no comparten las mismas experiencias, no tendrán tampoco los mismos pensamientos.
De la misma manera, el lenguaje cumple un rol fundamental, pues si bien el hombre del pantano es capaz de pronunciar las mismas palabras que el primer hombre, su significado no será el mismo.
Sin embargo, existieron quienes cuestionaron la visión de Davidson. Es que aquellos filósofos que adhieren a la teoría de la identidad mente-cerebro, sostuvieron que, si el cerebro del hombre del pantano es exactamente igual al del primer hombre, entonces sus pensamientos también lo son.
En ese sentido, este experimento aún continúa siendo motivo de análisis y nos invita a reflexionar sobre la manera en la que nuestro cuerpo y mente pueden conectarse con el mundo que nos rodea para convertirnos en quiénes realmente somos.
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