Luis Perez Companc, presidente de Molinos, Molinos Agro y Pecom Energía

En el nombre del padre

Tras la reorganización societaria que consolidó su liderazgo, el nuevo referente del holding continúa con el legado de Goyo Perez Companc, fallecido el año pasado. Se animó a salir de la zona de confort y ya supo ganarse su propio lugar entre los empresarios más prestigiosos

Fue hace más de dos años. Estaba ahí sentado, sobre el escenario del Sheraton de Mar del Plata. "No estoy cómodo acá", confesó. "No es por ustedes, sino que no estoy acostumbrado a esto", aclaró, disculpándose.

Era una fecha especial: 12 de octubre, el cumpleaños de su padre. Entre las muchas cosas que heredó de Gregorio Perez Companc, el menos común de los hombres comunes, su hijo también fue habitualmente esquivo a las luces y los primeros planos. Pero, parafraseando al filósofo José Ortega y Gasset, el hombre es él y sus circunstancias. Y, para Luis Perez Companc (el hombre), fueron las últimas las que están cambiando al primero.

"Soy una persona muy introvertida, tímida. No me gustan este tipo de cosas", se excusó. "Pero me parecía importante estar para transmitir un mensaje de optimismo, de esperanza", explicó. Puertas adentro del grupo, hacía años que Luis había dejado de ser el hijo de Goyo. Ahí, en el cónclave marplatense, se presentaba en sociedad como lo que era: la cara de la nueva generación al timón del buque familiar. Asumiendo, además, el liderazgo social que eso significa.

"Hay que poner a la Argentina primero, por delante. Para mí, es esto: salir de la zona de confort. Empezar a salir a hablar. A decir, a tener voz y a, por lo menos, desde la posición que uno tiene, aportar ese granito de arena para que las cosas empiecen a cambiar", sostuvo. Versión políticamente correcta que lo que había dicho algunos meses antes en un círculo más reducido, el IAE Business School: "A mi padre, la política no le gusta nada. Pero hoy, en la Argentina, la política está muy metida en los negocios. Si uno quiere cambiar las cosas, hay que meterse y no mirar desde los balcones".

La de IDEA fue la primera de sus contadas -pero, en él, muchas- apariciones en eventos de relevancia pública. Una fue a los pocos días, en La Rural. Recibió, en nombre de su padre, el premio con el que El Cronista, APERTURA y PwC reconocen a la trayectoria de un CEO. "Mi referente, quien me ayuda a diario y quien me enseñó mucho en todos estos años", describió a Goyo. "Él tiene un compromiso enorme con la Argentina y es algo que nos transmitió a todos nosotros", contó.

Así como valoró el "amor por la Patria" (sic) que le inculcó su padre, confesó envidiarle la mirada de largo plazo. "Me encantaría tener su visión de futuro", lo elogió. "No nos enfocamos en coyunturas puntuales. Obviamente, tenemos los pies en la tierra. Pero la gente también tiene en claro que trabajamos con esta visión de largo plazo. No para tener una ganancia a fin de año, sino para crecer", explicó.

Pasó el tiempo. Dos mil veintitrés fue un año complejo. Sinuoso, incierto. Para el país y para las empresas. En el caso del grupo, sirvió para reordenar la casa. A fines de mayo de 2024, Luis y sus hermanas Rosario y Pilar les compraron a sus otros hermanos, Jorge, Cecilia y Catalina, las participaciones en Molinos Rio de la Plata (alimentos), Molinos Agro (agrobusiness) y Pecom (energía). Así, se quedaron con el control de tres compañías que, en 2023, habían consolidado una facturación anual de US$ 3500 millones.

"Cuando uno tiene una empresa familiar, cada uno tiene su mirada e intereses. Este acuerdo refleja eso: dónde cada uno quería ir hacia adelante", contextualizaron, en ese momento, fuentes del holding. Había otra razón, a la que nadie quería aludir. Algo más de dos semanas después, el 14 de junio, fallecía Goyo, a los 89 años.

El liderazgo de Luis ya estaba bendecido. "Soy Luis Perez Companc. Estoy a cargo de tres compañías", se presentó en octubre de ese año, otra vez, sobre el estrado de IDEA. Hablaba del año "con bastantes cambios" para sus empresas y, especial, su familia. Recordó el deal con sus hermanas, con quienes "tomamos la posta de continuar, sobre todo, el de nuestro padre". Se calló. No pudo seguir. Emocionado, se le hizo un nudo en la garganta. El silencio, incómodo, se rompió con un aplauso: el homenaje de los 1000 empresarios allí reunidos a quien, durante décadas, había sido el modelo a seguir por muchos de ellos.

Luis se recompuso. Dos años después de aquel gran debut, aseguró que la Argentina estaba en un "momento bisagra". "Uno ve que hay luz al final del túnel. Las cosas no se cambian de la noche a la mañana. Llevará bastantes años estabilizar al país. Pero estamos en el camino", opinó. Otra vez, difundió su evangelio: "Para que esto pueda funcionar, cada uno tiene que poner su grano de arena. Como empresarios, eso es hacer las cosas bien y, cada vez, mejor. Ahora, tenemos que arremangarnos y trabajar dentro de nuestras compañías. Ser lo más eficientes posibles para que se desarrollen y crezcan. Tratar de aportar lo máximo que podamos".

En el caso de su grupo, eso es claro: sectores estratégicos, en los que la Argentina tiene ventajas competitivas. Además de alimentos (Molinos) y agronegocios (Molinos Agro), la gran expectativa es la energía. En especial, la vuelta de la familia a un negocio en el que hizo historia: la operación petrolera.

"Venimos de muchos años donde las cosas fueron y vinieron. Ahora, se ve que hay un camino, se ve que hay un norte. Uno puede estar de acuerdo o no, decir que podría haberse hecho de una u otra manera. Pero estoy convencido de que el rumbo es el correcto. Es cuestión de darle tiempo".

El año pasado, Pecom se quedó con las principales áreas convencionales que YPF tenía Chubut: Campamento Central-Cañadón Perdido y El Trébol-Escalante. Ya tomó posesión de ambas, cuya producción suma 10.250 barriles diarios de petróleo. La inversión total ascenderá a US$ 157 millones entre las dos, anunció el gobernador, Ignacio Torres.

"Las áreas que licitamos son muy buenas. Y, adonde pongamos el ojo en áreas nuevas, también serán aquellas que tengan ese potencial de, mínimo, mantener la producción y crecer", le contó Perez Companc a este cronista. "Nuestra premisa es que, donde podamos aportar valor, vamos a estar en todo lo que, para mí, son los pilares estratégico de la Argentina: energía, alimentos y agrobusiness. Vamos a estar ahí", remarcó.

"Se muestra muy optimista con lo que hizo el Gobierno. ¿Qué falta?", le preguntó APERTURA.

"Empezar a darle certidumbre a la Argentina. Sobre todo, en el tema jurídico, el rule of law", contestó. "Hay un tema que los inversores ven mucho. Dicen: ‘Ok. Estabilizaron la macro. Ahora, dame seguridad jurídica para que yo, si voy a hacer una inversión, estoy seguro de que no voy a tener un problema al mes que pongo un pie en la Argentina'. El Gobierno lo está haciendo, lo tiene en agenda. Pero no es un trabajo que se pueda hacer de la noche al día", respondió.

"Venimos de muchos años donde las cosas fueron y vinieron. Ahora, se ve que hay un camino, se ve que hay un norte. Uno puede estar de acuerdo o no, decir que podría haberse hecho de una u otra manera. Pero estoy convencido de que el rumbo es el correcto. Es cuestión de darle tiempo. De apoyar al Gobierno y de apoyar al país", completó.

Agregó: "Por eso, nosotros, este año, dijimos: ‘Vamos a seguir invirtiendo'. Una vez que hicimos la reorganización de la familia, empezamos a invertir en los sectores que creemos estratégicos: alimentos, agroindustria y energía".

El diálogo de produjo a un costado del escenario del Faena Art Center, donde Perez Companc aceptó, de nuevo, estar bajo un reflector. El actual jefe de la familia había compartido escenario con Dante Sica, titular de Abeceb, en la cumbre anual que organiza la consultora.

LPC volvió a elogiar al Gobierno. "Lo que ha hecho en tan poco tiempo, en estabilizar la macroeconomía, fue un trabajo excelente. Ahora, queda mucho por hacer. Y lo más complejo: buscar que la Argentina sea competitiva, que podamos aumentar la productividad", añadió, convencido de que, a mediano y largo plazo, el país "va a tener una relevancia mucho más importante de la que tenemos hoy". Recordó que "estamos en el camino correcto".

"Estoy acá para apoyar eso y motivar un poco a todos los empresarios, a todos los colegas, y a los que uno pueda influenciar", justificó su nueva presencia sobre un escenario, la segunda en un lapso de, apenas, tres semanas. "Esto no es normal", sonrió. "Ya me dicen que estoy teniendo demasiado alto perfil. Voy a tener que bajarlo un poco", ironizó.

(La versión original de esta nota se publicó en la edición número 375 de la Revista Apertura, correspondiente a marzo de 2025)

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