Orina humana, el secreto para aumentar el rendimiento de los cultivos
Una científica chilena encontró una alternativa para extraer fósforo de manera más sencilla y menos costosa. En qué se basa la técnica.
El uso de fósforo es una de las alternativas más elegidas al momento de aumentar el rendimiento de los cultivos. Pero con la caída de las reservas y la disparada en el valor de los fertilizantes, hay especialistas que ya están buscando alternativas para extraer este mineral.
Es el caso de la científica chilena Dafne Crutchik, doctora en ingeniería química y ambiental, quien dedica su trabajo a una curiosa y sencilla técnica que tiene como protagonista a la orina humana.
"El fertilizante se utiliza para el cultivo, y luego el cultivo lo comemos. Una parte de ese fósforo se absorbe y el resto termina en la orina y posteriormente se pierde en las aguas residuales", explicó Crutchik, profesora de la Universidad Adolfo Ibáñez, en diálogo con la agencia de noticias AFP.
Según datos de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), con la guerra entre Rusia y Ucrania la tonelada de fósforo trepó de 276 dólares a 938 dólares, lo que acentuó la necesidad de recurrir a otras técnicas, como la de la orina, para abaratar costos.
En Estados Unidos, Francia, Nepal o Ucrania, por ejemplo, los agricultores recurren a este líquido para que sus campos crezcan. Y también es el caso de los astronautas de la Estación Espacial Internacional (EEI), que lo reciclan para cultivar tomates.
De orina a fertilizante: de qué se trata el experimento chileno
El método que utiliza la doctora Crutchik, que trabaja acompañada de cuatro estudiantes, consiste en mezclar agua de mar (que aporta el magnesio necesario, aclara) con la orina recibida de familiares y amigos y la de los otros miembros del equipo de investigación.
La combinación de ambos líquidos desencadena después de unos días de reposo lo que los científicos denominan "precipitación del fósforo", que es la solidificación de este mineral en cristales de color blanco del tamaño de un grano de arena, listo para ser usado como fertilizante.
Según explica Crutchik, 500 gramos de estos cristales podrían fertilizar una tonelada de tierra para cultivar tomates.
"La cantidad de cristales formados depende de la calidad del líquido o los nutrientes que contenga. Es distinto si la orina es fresca o si es la primera del día", detalló la experta a AFP.
"En uno de los experimentos se utilizaron cuatro litros y medio de orina y 250 mililitros de agua de mar para producir unos 80 gramos de cristales", ejemplificó.
Para poder llevar adelante su técnica, la chilena necesita de las donaciones de su círculo de amigos y familiares. También busca la cooperación de voluntarios que le aporten orina, algo que a veces se vuelve dificultoso.
"Hay muchos que no quieren donar o tienen vergüenza. No están informados y eso hace que den un paso atrás", reconocen desde su equipo de trabajo.
Las legislaciones locales, un obstáculo para usar la orina
Según estimaciones de Crutchik, si la orina humana del mundo se reciclara, el 20% de los fertilizantes sintéticos podría reemplazarse por los cristales.
Sin embargo, la masificación de fertilizantes en base a orina encuentra obstáculos en las legislaciones locales y algunas reticencias de la gente.
En Chile, por ejemplo, la orina no aparece en el listado de los fertilizantes autorizados, por lo tanto "no se puede utilizar", dice la científica.
La propuesta, resalta Crutchik, podría contribuir también a reducir los efectos adversos que el exceso de fósforo genera en ríos y océanos, hasta donde llegan las aguas servidas.
Compartí tus comentarios