Día de los Santos: por qué se celebra este viernes 1 de noviembre

Cada 1 de noviembre, la Iglesia católica de occidente celebra el Día de Todos los Santos en homenaje a las figuras santificadas y a los mártires de la fe cristiana que simbolizaron con su vida los valores de Jesús y de la Biblia, aunque también se reza por aquellos que no fueron canonizadas, pero tuvieron obras destacadas.

Esta solemnidad se ubica antes del Día de los Fieles Difuntos y luego del 31 de octubre cuando gran parte del mundo festeja Halloween, como antesala de las celebraciones que honran a los fallecidos.

¿Qué celebra la Iglesia católica el 1 de noviembre?

Pese a la creencia popular de que el Día de Todos los Santos honra únicamente a aquellas figuras que el papa Francisco o los antecesores líderes del Vaticano canonizaron, el dogma católico indica que esta fiesta es en homenaje a todas las almas que lograron superar el purgatorio y se encuentran en el paraíso junto a Dios.

El 1 de noviembre es fiesta de precepto para todos los católicos, por lo cual deben asistir a misa.

Además, la sagrada institución tiene un día asignado para los santos en su calendario litúrgico, mientras que también los reconoce con distintas obras en toda su extensión. También se venera a la Virgen María, la Santísima Trinidad (Dios Padre, Cristo Hijo y el Espíritu Santo), patriarcas bíblicos y ángeles.

 La celebración del 1 de noviembre, en los países y zonas más católicas, consiste en una pequeña vigilia con procesiones y celebraciones especiales, como una misa extendida o una adoración eucarística.  

¿Por qué es tan importante esta fiesta?

Para comprender el canon que simboliza el Día de Todos los Santos, hay que tener en cuenta que la Iglesia católica primitiva homenajeaba a sus mártires perseguidos en la zona donde habían sido asesinados. Como en el siglo IV, los casos aumentaron exponencialmente, se decidió crear una fecha unificada.

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Durante los siglos VIII y IX, esta iniciativa se amplió por toda Europa y luego, el papa Gregorio III decidió darle un lugar en el calendario litúrgico (todavía no existía el gregoriano actual). De esta forma, se fijó el 1 de noviembre moderno, porque era la fecha donde ya se habían levantado las cosechas.

De esta forma, la sagrada institución homenajea en esta fecha, hace más de 2000 años y 1300 de forma oficial, a todos los mártires, a los santos canonizados y a las almas que pasaron por el purgatorio para alcanzar el cielo junto a Dios.