Salud

Cáncer de riñón: este es el primer síntoma de la enfermedad y es clave para detectarla a tiempo

Detectarlo en etapas tempranas puede marcar la diferencia entre un tratamiento efectivo y un pronóstico más complicado.

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Aunque en sus etapas iniciales el cáncer de riñón suele ser silencioso, esta enfermedad puede presentar un signo de advertencia clave que permite detectarla a tiempo. Reconocer ese primer síntoma puede ser fundamental para iniciar un diagnóstico y mejorar las probabilidades de éxito en el tratamiento. 

El tipo más común en adultos es el carcinoma de células renales, y muchas veces comienza sin manifestaciones evidentes. Sin embargo, existen señales que no deben ser ignoradas. Prestar atención a estos indicios es esencial para evitar que el tumor avance sin ser detectado.

¿Cuál es el primer síntoma del cáncer de riñón? 

El signo más común y temprano del cáncer de riñón es la presencia de sangre en la orina, conocida como hematuria. Este síntoma puede ser visible a simple vista o detectarse únicamente a través de un análisis de laboratorio. En algunos casos, aparece y desaparece, lo que puede generar una falsa sensación de resolución espontánea del problema. 

Aproximadamente la mitad de los pacientes diagnosticados con cáncer de riñón presenta hematuria como primer síntoma. Es importante aclarar que este signo no siempre implica cáncer, sino que también puede indicar infecciones urinarias, cálculos renales o agrandamiento de la próstata también pueden causarlo. 

Sin embargo, ante cualquier rastro de sangre en la orina, se recomienda consultar con un profesional de la salud para descartar posibles enfermedades graves.

Cáncer de riñón: ¿quiénes tienen mayor riesgo? 

Existen diversos factores que aumentan el riesgo de desarrollar cáncer de riñón. Entre los principales se encuentran: 

  • Tabaquismo: los fumadores duplican sus probabilidades de padecer esta enfermedad en comparación con los no fumadores. 
  • Obesidad.
  • Presión arterial alta. 
  • Diálisis a largo plazo debido a insuficiencia renal. 
  • Factores genéticos, como el síndrome de Von Hippel-Lindau (VHL), una enfermedad hereditaria que predispone a múltiples tumores. 
  • Exposición a sustancias químicas en determinadas ocupaciones. 
  • Sexo masculino: los hombres presentan un riesgo más alto que las mujeres. 

Aun así, muchas personas con uno o más de estos factores nunca desarrollan cáncer, mientras que otros sin antecedentes pueden ser diagnosticados. Por eso, la vigilancia médica sigue siendo clave.

¿Cómo es el diagnóstico? 

El diagnóstico del cáncer de riñón se inicia a partir de la sospecha clínica y puede incluir una serie de estudios complementarios: 

  • Análisis de orina, para detectar sangre u otras anomalías. 
  • Análisis de sangre, que evalúan la función renal y otros marcadores relevantes. 
  • Ultrasonidos, útil para observar un tumor o quistes en los riñones. 
  • Tomografía computarizada o resonancia magnética, que permiten visualizar con precisión la anatomía del riñón y determinar el alcance del tumor. 
  • En algunos casos, se realiza una biopsia renal, en la que se extrae una pequeña muestra de tejido para analizarla al microscopio. 
  • También puede indicarse una pielografía intravenosa con contraste, que muestra el sistema urinario a través de radiografías.

¿Cuál es el tratamiento? 

El tratamiento principal para el cáncer de riñón es la cirugía, cuyo objetivo es quitar el tumor y, en muchos casos, todo el riñón afectado. Existen tres modalidades quirúrgicas principales: 

  • Nefrectomía radical: se extrae el riñón completo junto con la glándula suprarrenal y el tejido que rodea al órgano. 
  • Nefrectomía simple: se extirpa solo el riñón. 
  • Nefrectomía parcial: se quita sólo la parte del riñón que contiene el tumor.

Además, existen otros tratamientos como: 

  • Embolización arterial.
  • Radioterapia.
  • Terapia biológica.
  • Quimioterapia. 

En todos los casos, el seguimiento médico y el control de posibles efectos secundarios forman parte fundamental del proceso de recuperación y calidad de vida del paciente. 

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