Financial TimesExclusivo Members

La señal de alarma de los bonos del Tesoro en plena euforia del mercado

Los mercados miran más allá de la relajación a corto plazo para ver el panorama a medio plazo de la inflación y el crecimiento.

La combinación de alto crecimiento, altas tasas de interés y alta inflación no funcionó muy bien para Joe Biden y Kamala Harris. ¿Le irá mejor a Donald Trump? La semana pasada, las Bolsas subieron con la victoria electoral de Trump. El S&P 500 escaló casi 5% y muchos valores financieros (bancos, asesoras de fusiones y adquisiciones y compañías de capital riesgo) se dispararon más de un 10% o un 15% ante la creencia de que les esperaba una regulación más laxa y un mayor número de operaciones.

Tal vez menos notorio pero más importante fue el rendimiento del bono estadounidense a 10 años. Desde que la Reserva Federal empezó a rebajar su tasa de referencia a corto plazo hace unos meses, el rendimiento a 10 años ha escalado extrañamente de forma constante. La semana pasada alcanzó el 4,4%.

Los mercados miran, más allá de la relajación a corto plazo, las perspectivas a medio plazo de la inflación y el crecimiento. Aunque la inflación ha disminuido tras el rápido endurecimiento de la política del banco central en 2022 y 2023, el crecimiento del índice de precios al consumo estadounidense sigue por encima del objetivo del 2% de la Reserva Federal.

Además, Trump ha prometido rebajas fiscales y aranceles, que serán inflacionarias. El presidente de la Fed, Jerome Powell, ha rechazado las sugerencias de que podría dejar el cargo de forma anticipada, permitiendo a Trump instalar a un aliado en el banco central.

Con independencia de ello, la política monetaria controla los tipos de interés a corto plazo, no los tipos a largo plazo. Los inversores en deuda deberían preocuparse, pero también los inversores en renta variable, ya que el S&P 500 acumula una subida de más del 25% este año.

Curiosamente, los spreads de crédito de los bonos de alta calificación y de alto rendimiento se mantienen en niveles históricamente ajustados: menos de 3 puntos porcentuales para los bonos basura. Esto significa que los costes de financiación de las empresas siguen siendo manejables, con pocos indicios de que el mercado esté preocupado por la inminencia de impagos. Pero si los tipos básicos se mantienen por encima del 4% o el 5%, la cuestión es si los beneficios de las empresas y los ingresos de los hogares son lo bastante resistentes como para soportar unos tipos de interés elevados durante más tiempo del previsto.

Luego está la cuestión de lo que sucederá si las subas de precios empiezan a acelerarse y la decisión que decida tomar la Fed, con independencia de quién esté al frente. Pimco le dijo la semana pasada al Financial Times que el rendimiento de los bonos del Tesoro podría volver a converger con el de la renta variable: a medida que los cupones de la renta fija suban, el valor actual de los flujos de caja libres de las empresas disminuirá, lo que afectará a las valoraciones de las acciones, algo que la economía de Biden experimentó dolorosamente en 2022.

Por el momento, los mercados de capitales parecen pensar que circunstancias económicas similares bajo Biden y Trump merecen un tratamiento muy distinto. Pero no esperen que esa discrepancia dure.

Temas relacionados
Más noticias de Donald Trump

Las más leídas de Financial Times

Destacadas de hoy

Noticias de tu interés

Compartí tus comentarios

¿Querés dejar tu opinión? Registrate para comentar este artículo.