Duro análisis del Financial Times: en el show de Milei, la presión está creciendo detrás de escena
El rockstar libertario se esfuerza por ser un estadista.
El Presidente de Argentina se abrió paso a través del pogo y subió al escenario. Vestido con un trench de cuero, Javier Milei acalló los cánticos de la multitud: "Estimados, quise hacer esto porque quería cantar"
Milei y una banda de seis músicos se lanzaron a cantar la canción de rock que se convirtió en su himno antes de las elecciones del año pasado. La letra destaca en Argentina, donde años de mala gestión económica han llevado la inflación al 289%: "Soy el rey de un mundo perdido".
El concierto de la semana pasada en un estadio de Buenos Aires -en teoría para presentar el nuevo libro de Milei- fue exactamente igual que sus extraños actos de campaña. Tras la entusiasta apertura, los fans, apiñados como sardinas, escucharon obedientemente una conferencia de 50 minutos del economista libertario. Bostezaron sólo un poco, y vitorearon intermitentemente frases tan conmovedoras como: "... permitiendo la integración del dinero, los mercados de capitales y la economía real".
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Milei apenas ha dejado de hacer campaña desde que asumió el cargo en diciembre. En su país, se ha enfrentado a los políticos de la oposición que su gobierno minoritario necesita para aprobar leyes. En el extranjero, ha estado ocupado construyendo un perfil como líder de la derecha global, pronunciando encendidos discursos en conferencias, insultando a los líderes de izquierda y haciéndose amigo de Elon Musk. Milei se reúne esta semana con otros popes tecnológicos en Silicon Valley.
A su electorado le encanta. "Es el nuevo líder de Occidente", dijo Rubén Fernández, de 55 años, a la salida del acto. "Le está mostrando al mundo que Argentina ha vuelto".
El sábado, sin embargo, hubo un recordatorio de que Milei tiene un camino que recorrer para hacer que la expectativa dure.
El Presidente había anunciado en marzo que invitaría a los 23 gobernadores provinciales del país a firmar un gran "pacto" el 25 de mayo, comprometiéndose a una reforma económica a largo plazo.
En lugar de ello, Milei celebró un acto en solitario. Las negociaciones sobre sus primeros proyectos legislativos -que pretenden recortar el déficit e incentivar la inversión, y que quería que fueran aprobadas antes del pacto- se han retrasado en el Senado, donde Milei sólo controla el 10% de los escaños.
Los proyectos podrían aprobarse pronto. Tras el abrupto fracaso de su primer intento de legislar en febrero, Milei ha dado a sus delegados en el Congreso más licencia para hacer concesiones.
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Para Milei es esencial que tengan éxito, dice Martín Rapetti, director de la consultora Equilibra. Por un lado, Argentina debe convencer a los mercados mundiales de capital para que vuelvan a prestarle pronto, o se arriesga a incumplir el pago de u$s 9300 millones de su deuda en divisas el año que viene.
"El factor más importante para lograrlo no es si el resultado fiscal de este año es un 0,5% [del PBI] mayor o menor", dice Rapetti, refiriéndose a la estrategia de Milei de recortar el déficit fiscal crónico de Argentina utilizando el Poder Ejecutivo. "Es que el sistema político argentino muestra interés por bajar permanentemente el déficit".
Tras pasar meses afirmando que podía aceptar o rechazar el apoyo del Congreso y calificando a los legisladores de la oposición de "enemigos del cambio", el discurso de Milei del sábado fue más conciliador que de costumbre. El lunes, nombró jefe de gabinete al ministro del Interior, Guillermo Francos, el negociador político con más experiencia del Gobierno.
Aunque prevalezca el lado pragmático de Milei, su control de la política seguirá siendo frágil. La semana pasada, los legisladores de izquierda y centro lograron convocar una votación en la Cámara Baja sobre la protección de la financiación universitaria, en contra de los deseos del libertario.
Conservar el apoyo popular -actualmente en torno al 50%, según las encuestas- es fundamental para el Gobierno. Eso significa arreglar la economía rápidamente, y sigue habiendo enormes riesgos.
Aunque la tasa de inflación mensual ha bajado de un máximo de 25,5% en diciembre a 8,8% el mes pasado, los recortes previstos de los subsidios a la energía y las presiones sobre el tipo de cambio seguirán inflando los precios en los próximos meses. Mientras tanto, el gasto de los consumidores y los salarios reales se han desplomado.
Cuando subí a un taxi tras la presentación de Milei en el estadio, su anciano conductor, José, me preguntó si había estado dentro.
"¿De verdad este es el momento para un espectáculo?", refunfuñó. "Quiere ser famoso en todo el mundo, pero no tiene los pies en la tierra".
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