El único pueblo medieval español que no fue invadido por Napoleón: está a una hora de Madrid y las casas están hechas con pizarra negra
Un rincón escondido entre las montañas, preservado del paso del tiempo.
Enclavado en la Sierra Norte de Madrid, a solo una hora de la capital, se encuentra Patones de Arriba, un pequeño pueblo medieval con una historia que lo distingue del resto de España. Mientras las tropas de Napoleón arrasaban gran parte del territorio español en 1808, este lugar, escondido entre montañas y de difícil acceso, permaneció inalterado y libre de invasores.
Gracias a su aislamiento natural, Patones nunca fue descubierto por los soldados franceses, un hecho que ha alimentado leyendas y convertido a este pueblo en uno de los destinos más curiosos y fascinantes cerca de Madrid.
Patones de Arriba: arquitectura medieval y encanto natural
Patones de Arriba, con sus calles empedradas y sus casas de pizarra negra, parece haber quedado detenido en el tiempo. Este pequeño pueblo fue declarado Bien de Interés Cultural en 1999 debido a su riqueza histórica y su impecable conservación. A lo largo de sus estrechas calles, se puede apreciar cómo la vida rural ha perdurado durante siglos, con antiguos hornos de leña y lavaderos que nos transportan a una época de autosuficiencia y tradiciones comunitarias.
Uno de los elementos más llamativos de Patones de Arriba es su atalaya natural, el Cerro de la Atalaya, que ofrece una vista panorámica impresionante de la Sierra Norte de Madrid. Este mirador natural no solo servía como un punto estratégico para avistar a posibles invasores, sino que hoy en día es una de las mejores rutas de senderismo para los visitantes que buscan desconectar del bullicio urbano y disfrutar de la tranquilidad de la naturaleza.
La leyenda del "Rey de Patones"
La historia de Patones también está entrelazada con la leyenda de su propio monarca, el llamado "Rey de Patones", una figura que, más que un rey en el sentido tradicional, era un líder local o alcalde que administraba justicia en esta pequeña comunidad. Según la tradición, este "rey" reinó hasta bien entrado el siglo XVIII, cuando Patones consiguió su independencia de la vecina Uceda.
La leyenda cobra aún más fuerza cuando se narra que, durante la invasión napoleónica, este aislado pueblo fue el único de España que logró escapar del control de las tropas francesas. El aislamiento geográfico de Patones de Arriba y su ubicación estratégica en lo alto de las montañas hicieron que las tropas invasoras pasaran por alto esta joya escondida. Según los relatos, Napoleón nunca llegó a descubrir la existencia de Patones, lo que contribuyó a su aura de misterio.
Qué ver en Patones y sus alrededores
El encanto de Patones no se limita a su historia y leyendas. El entorno natural que lo rodea es un atractivo en sí mismo, con rutas de senderismo como la Senda del Barranco, que conecta Patones de Abajo con Patones de Arriba. Este recorrido de 800 metros permite disfrutar de vistas espectaculares y explorar el paisaje montañoso característico de la zona.
Además, el pueblo cuenta con pequeñas joyas arquitectónicas, como la iglesia de San José, que ha sido reconvertida en una oficina de turismo y museo local. Otros puntos de interés incluyen la Fuente Nueva, donde un arroyo crea una cascada natural cuando llueve, y las ruinas de antiguos establos que nos muestran cómo era la vida rural hace siglos.
Para llegar a Patones desde Madrid, se puede tomar la carretera A-1 en dirección a Burgos y desviarse en la salida 50 hacia Torrelaguna. A partir de allí, el trayecto hacia este pueblo escondido no dura más de una hora, haciendo de Patones de Arriba un destino ideal para una escapada de fin de semana.