Este encantador pueblito español tiene un castillo medieval del siglo X y se puede visitar: en dónde queda
La antigua fortaleza fue testigo de numerosas batallas y conflictos que se llevaron a cabo en la zona.
En Brihuega, una de las localidades más bonitas de Guadalajara, se alojan múltiples atractivos para visitar en una escapada o en un viaje de vacaciones.
Este pueblo es conocido por su riqueza histórica, su patrimonio arquitectónico y, especialmente, por sus campos de lavanda, que atraen a miles de visitantes cada año.
Uno de los puntos más atractivos del lugar es su castillo medieval: fue construido en el siglo X y actualmente puede visitarse.
Así es el "Jardín de la Alcarria"
Incluso, por ese entorno natural, el pueblo se ha hecho conocido como "Jardín de la Alcarria". Pero, además, su casco histórico transporta al viajero a la época medieval.
Brihuega posee una historia que se remonta a la época celtíbera, y ha sido testigo de numerosos acontecimientos históricos.
Durante la Reconquista, la villa fue un importante enclave estratégico, lo que se refleja en su impresionante recinto amurallado, que todavía se conserva en buen estado. Estas murallas, construidas en el siglo XII, rodean el casco antiguo y ofrecen una visión única del pasado medieval de la localidad.
Así es el castillo medieval de Brihuega
Uno de los elementos más destacados del patrimonio de Brihuega es su castillo, conocido como el castillo de la Peña Bermeja. Esta fortaleza, situada en un promontorio rocoso, tuvo una gran importancia a lo largo de la historia gracias a su situación privilegiada, siendo testigo de numerosas batallas y conflictos.
El castillo, que en la actualidad es de propiedad privada, ha sido restaurado en varias ocasiones, pero conserva su esencia medieval y es un recordatorio.
Fue construido en el siglo X y sobre la primitiva alcazaba árabe se añadieron estancias en el siglo XII, de estilo románico, y posteriormente en el XIII le construyeron la capilla de tono gótico de transición.
Para visitarlo, se accede por la puerta adyacente a la iglesia de Santa María, el visitante se encuentra con el corazón del castillo, que se eleva sobre un espacio central.
Esta área, la más elevada del recinto, alberga hoy las ruinas de lo que en su día fueron los salones del palacio, un testimonio de la importancia que este enclave tuvo en épocas pasadas.