Telefónica inició el proceso de desinversión en Latinoamérica
Colombia, Argentina y México, las candidatas a abandonar el Grupo en el mediano plazo. Las dificultados de Telefónica Perú y Vivo, la joya de la Corona.
Desde que el expresidente del Gobierno, el popular José María Aznar, concluyó la privatización de Telefónica, cuatro hombres pasaron por la presidencia de la operadora. A cada uno de ellos le tocó desarrollar estratégicas acordes con los tiempos y la situación empresarial de la teleco.
El primero de ellos, Juan Villalonga (de 1996 a 2000), puso el foco en la expansión internacional y en la diversificación de la compañía apostando por medios de comunicación. Su sucesor, César Alierta, que llegó a la presidencia en 2000 para abandonarla 16 años más tarde, buscó consolidar la presencia internacional del Grupo, principalmente en América latina; y con especial atención los mercados de Argentina, Brasil, Chile, Perú y México, a los que el propio Alierta seguía con especial atención.
El turno de su sucesor, José María Álvarez-Pallete, que ocupó el principal despacho de la teleco de 2016 hasta enero de este año, estuvo marcado por el cambio de las reglas del juego del negocio, entre ellas la aparición de las empresas de telefonía low-cost, el ingreso del fondo saudí STC y el regreso del Estado, a través de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI), a la propiedad de la empresa.
Álvarez-Pallete, fue reemplazado de manera fulminante por Marc Murtr. El ex presidente de Indra asumió el cargo con el compromiso de revalorizar la compañía y disminuir su fuerte endeudamiento. Pero puesto Murtra a reducir el pasivo, se encontró que una gran parte de esa tarea se hizo con la venta de las torres de telefonía móvil en 2021 a America Tower, operación que le reportó a Telefónica 7700 millones de euros, por lo que le queda como opción echar mano a la venta de activos en Latinoamérica.
En concreto, los procesos de venta más avanzados, México, Argentina y Colombia, podrían estar finiquitados, si no todos, pero al menos uno, antes de la próxima junta de accionistas que se celebrará esta primavera. Es de gran importancia para Murtra concluir las transacciones para esa fecha ya que el mercado espera que antes de someterse a la votación, el ingeniero industrial muestre a los inversores que el proceso de desinversiones avanza.
Las desinversiones
Telefónica encargó al banco de inversión JP Morgan y al despacho de abogados White&Case la venta de de su filial mexicana, según aseguran fuentes aztecas y españolas. Las conversaciones con Milicom, que opera en México con la marca Tigo, están muy avanzadas, al punto que ya se habría alcanzado un principio de acuerdo.
El mercado destaca que las negociaciones se extenderán durante el primer semestre de este año. También vaticinan que esos encuentros terminarán en un apretón de manos.
No es un secreto que hace ya tiempo que Telefónica quiere desprenderse de su filial argentina. Existen motivos para pensar que la venta podría producirse antes del verano, ya que cinco potenciales compradores firmaron acuerdos de confidencialidad para acceder a los números y datos reservados de Telefónica Argentina.
Entre los que ya tienen las carpetas en su poder, está Carlos Slim, el mexicano dueño de América Móvil y principal competidor de Telefónica en la región. De acuerdo a informaciones de prensa, el valor de la compañía rondaría los mil millones de euros.
Aparece también el grupo argentino Werthein, con intereses los sectores agroganadero, alimentación, seguros, medios, y negocios inmobiliarios en Argentina, Estados Unidos y Reino Unido. El otro jugador argentino de peso, es el Grupo Clarín que, además de sus empresas de medios, es el accionista de referencia de Telecom Argentina, principal competidor de Telefónica de Argentina.
Precisamente este último dato complica las posibilidades de grupo comandado por Héctor Magnetto porque en caso de hacerse con filial local de Telefónica, quedaría como actor dominante del mercado de las telecomunicaciones argentino, operación que por tanto tendrá que contar con la luz verde de Competencia.
Cierra el tándem local de interesados, el holding Olmos, sociedad que opera los sectores de salud, medios de comunicación, seguros, salud y tecnología IT.
En el grupo de empresas extranjeras interesadas encontramos a la operadora francesa Iliad, propiedad del magnate Xavier Niel, así como una vieja conocida de Telefónica: la estadounidense Liberty Global, que comparte con el 50% de Virgin Media O2, en Reino Unido. JP Morgan asesora a Telefónica en la operación, junto con los abogados del despacho Latham&Watkins.
Colombia no sólo suena como candidata a dejar el holding español, sino que es la que más fichas tiene para convertirse en la primera de las filiales en abandonar su dependencia de Madrid. La operadora colombiana en julio de 2024 firmó un acuerdo con Millicom por 400 millones de dólares.
Telefónica Perú, en la encrucijada
La empresa entró en concurso de acreedores con la intención de reestructurar sus pasivos y sus operaciones de forma ordenada. De hecho, Telefónica Hispanoamérica otorgó a su filial andina un crédito de 394 millones de euros a 18 meses y bajo condiciones estrictas y para atender exclusivamente las necesidades operativas de caja de Telefónica Perú.
En concreto, la situación financiera de la compañía se vio negativamente afectada por las contingencias fiscales y decisiones administrativas que colocaron a la compañía en una posición de desventaja competitiva. Incluso, los pasivos de Telefónica del Perú no se encuentran garantizados por ninguna otra entidad de la multinacional española, que sigue explorando alternativas estratégicas respecto de su inversión.
Así las cosas, para los analistas de Bankinter, que aconsejan 'comprar', con precio objetivo de 4,50 euros la noticia es "negativa", porque "el capital de Telefónica Perú ascendía a diciembre de 2023 a 720 millones de euros, equivalente al 3% de la capitalización bursátil de Telefónica, además del riesgo de pérdida del préstamo de 394 millones de la matriz. "Este préstamo es para el pago a proveedores y empleados, así como facturas fiscales y crediticias", explican.
Punto seguido añaden que "el proceso de reestructuración no implica una liquidación ni quiebra pero pone de relieve la difícil situación de Telefónica Perú, donde el grupo mantiene abierto un arbitraje ante el CIADI (Centro Internacional de Arreglo de Diferencias relativas a inversiones) en el que Telefónica reclama 1122 millones de euros al Gobierno peruano por impuestos pagados en el país y provisiones fiscales pendientes de abonar".
De acuerdo a Renta 4, la situación financiera de Telefónica Perú se vio muy afectada por contingencias fiscales de más de 20 años de antigüedad, que se están resolviendo a través del CIADI, así como por la situación macro del país y situación competitiva del sector. "Creemos que Telefónica tiene la intención de resolver favorablemente su situación fiscal para posteriormente negociar la venta de Telefónica Perú", arriesgan desde el banco de inversión.
Brasil, la joya de la Corona
La filial brasileña, que opera bajo la marca Vivo, carece de planes de venta (al igual que Telefónica Chile), ya que integra uno de los cuatro mercados estratégicos del Grupo junto con Reino Unido, Alemania y España. La empresa está considerando un split de acciones, lo que implica duplicar el número de títulos disponibles en el mercado.
Esta propuesta será presentada a los accionistas en una junta general extraordinaria convocada para mediados de marzo de 2025. Entre los objetivos más inmediatos de esta reestructuración, Telefónica busca reducir los costos operativos y administrativos, mejorar la eficiencia en la gestión, optimizar los sistemas de registro y custodia, y facilitar una distribución más eficiente de los ingresos entre los socios del Grupo.
Por último, la teleco con el objetivo de mimar al accionista, aumentó en un 22% la retribución a los inversores en 2024, que alcanzó unos 900 millones de euros. El 76,3% de su capital cotiza en la Bolsa de Sao Paulo.