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La venta del 29,7% de Talgo obliga a un reacomodamiento de los accionistas

La familia Oriol y el fondo de Abelló quedan afuera del negocio, mientras se suceden renuncias en el consejo de administración del fabricante ferroviario.

Hoy viernes se cumple el plazo dado por el fondo Trilantic para recibir ofertas por su participación del 29,7% en Talgo, que tras el veto implícito del ministro de Económica, Carlos Cuerpo, en su reciente visita a Varsovia, el fondo estatal polaco Polish Development Fund (PFR), desistió de presentar su oferta que alcanzaba los 5 euros por acción, igualando a la del fondo húngaro Ganz-Mavag, también vetada por el Gobierno español. 

Así, sólo queda sobre la mesa la carpeta del consorcio vasco que lidera Sidenor, acompañado por el Gobierno vasco a través del fondo público Finkatuz, Vital y BBK.

Esta reseña muestra la presión que ejerció el Ejecutivo de Pedro Sánchez (junto con su par vasco) sobre los inversores que integran el fondo Trilantic, quienes con casi seguridad darán el visto bueno a una oferta inferior a las vetadas. 

En este sentido, vale recordar que la propuesta del consorcio que lidera Sidenor, alcanza los 155 millones de euros por el 29,7% que Trilantic posee en Talgo. Esta cifra surge al estimar el precio de la acción en 4,80 euros, incluyendo una parte fija de 4,15 euros por título y una variable de 0,65 céntimos dependiendo del plan de negocio.

Otra consecuencia de la injerencia gubernamental es la reorganización del consejo de administración de Talgo vía renuncias de algunos de sus miembros. Esta mañana se conoció la dimisión de José María Oriol Fabra, vicepresidente no ejecutivo con categoría de externo, quien presentó su renuncia irrevocable como miembro del consejo con efectos inmediatos alegando "motivos personales".

La salida de Oriol Fabra toma significado al recordar que la propuesta de PFR fue alentada por la familia Oriol, representada en las negociaciones con los polacos por el presidente de Talgo, Carlos de Palacio y Oriol, quien llegó a cerrar un preacuerdo de fabricación conjunta con Pesa, participada por PFR, en el pasado mes de septiembre. 

La familia Oriol, descendiente de uno de los fundadores del fabricante de trenes de alta velocidad, José Luis de Oriol Urigüen (junto con Alejandro Goicoechea), desde el primer momento se inclinó por la propuesta más ventajosa en términos económicos.

El abandono de su puesto en el consejo de Oriol Fabra, se suma a la de los tres consejeros que dejaron el órgano de gobierno de la empresa a principios de esta semana "para evitar conflictos de interés en la venta de su participación", ya que fueron nombrados por Pegaso. Ellos son,

Javier Bañón y Javier Olascoaga, consejeros dominicales en representación de Trilantic; y Pedro del Corro García-Loma, también dominical por parte de Torreal, fondo de la familia Abelló.

Así las cosas, el consejo de Talgo compuesto por diez miembros, queda ahora reducido a seis personas: su presidente, Carlos de Palacio y Oriol; su consejero delegado, Gonzalo Urquijo, que debe su sillón a Trilantic; y cuatro consejeros independientes: John Charles Pope, Emilio Novela Berlín, Marisa Poncela García y Antonio Oporto del Olmo.

En este punto, y a fin de armar el entramado societario mayoritario de Talgo, vale recordar que el fondo Trilantic, que posee el 29,7% de las acciones de Talgo, junto con las familias Oriol y Abelló, controla el holding Pegaso Transportation, dueño del 40,2% del capital de la ferroviaria.

La venta del 29,7% de Talgo obliga a un reacomodamiento de los accionistas. Fuente: Archivo

Los Oriol y Abelló fuera del negocio

Si bien el fondo Trilantic el pasado 25 de noviembre rechazó la primera oferta de Sidenor por no alcanzar los 5 euros por acción (ofrecía 4 euros) ahora sí estaría dispuesto a cerrar el acuerdo con la empresa de José Antonio Jainaga. Porque, más allá de la mejora de la oferta, desde hace dos años busca salir de la ferroviaria; y por otro lado, tomó conciencia que o acepta la propuesta de Sidenor o tendrá que mantener su inversión en Talgo.

Y como Sidenor no está dispuesta a lanzar una OPA sobre Talgo, limita su oferta a la participación de Trilantic, apenas inferior al 30%, porcentaje a partir del cual la ley obliga a presentar una oferta de pública de adquisición por la totalidad del paquete accionarial.

A partir de este dato se entiende el interés de los socios de Trilantic por la oferta de Pesa, ya que no descartaba una OPA por el 100% de la compañía, la que incluía, entonces, el 7% de Pegaso en poder de parte de la familia Oriol y 3% del fondo Torreal, de Juan Abelló, que en conjunto suman 10% del capital de Talgo.

También explica la posible tirantez de estos accionistas con Trilantic y el malestar con los Gobiernos central y vasco que cerraron las puertas a su salida de la propiedad de Talgo.

Una vez concretada la operación, se abre una segunda fase enfocada en encontrar una solución industrial para resolver los problemas de infraestructura y capital que afronta Talgo. Porque no hay que olvidar que el fabricante ferroviario debe hacer frente a una cartera de contratos que suma 4.000 millones de euros, si no quiere morir de de éxito.

La venta del 29,7% de Talgo obliga a un reacomodamiento de los accionistas. Fuente: Archivo
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