La Seguridad Social reduce un 20% de la pensión por incapacidad permanente en estos casos

La pensión por incapacidad permanente es una prestación económica fundamental para quienes, debido a una enfermedad o accidente, pierden su capacidad laboral de manera parcial o total. 

El importe de esta pensión depende de la base reguladora y el grado de incapacidad reconocido, que puede variar entre parcial, total, absoluta o gran invalidez. Sin embargo, hay situaciones en las que la Seguridad Social reduce esta pensión en un 20% para ciertos beneficiarios.

En aquellos casos en que la incapacidad permanente sea derivada de enfermedad común o accidente no laboral, la pensión se abona en 14 pagas, con dos pagas extraordinarias. Mientras que, si la incapacidad se origina de un accidente de trabajo o una enfermedad profesional, se distribuye en 12 pagas anuales.

Condiciones que afectan a la cuantía de la pensión por incapacidad permanente

Uno de los aspectos más relevantes es la existencia de un complemento en ciertas circunstancias. Si una persona con incapacidad permanente cualificada no puede desempeñar su trabajo habitual, pero podría dedicarse a otro tipo de actividad, recibe un 55% de la base reguladora.

Sin embargo, si esta persona no ha podido encontrar otro empleo y llega a los 55 años, la Seguridad Social le concede un aumento de hasta un 20% adicional a esa pensión. 

Es importante señalar que este incremento se reduce si la persona consigue trabajo o al alcanzar la edad de jubilación ordinaria, cuando la pensión de incapacidad se convierte en una pensión de jubilación.

Este tipo de pensión, que se revaloriza cada año, tiene garantizado un mínimo mensual, lo que da una estabilidad económica a aquellos que dependen de esta prestación para cubrir sus necesidades básicas tras perder su capacidad laboral.