Este multimillonario regaló su empresa tras pronunciar tan solo 7 palabras
El dueño de una popular empresa de indumentaria deportiva decidió devolverle al planeta todo lo que ganó con los años.
Las personas que tienen mucho dinero suelen hablar de cómo piensan hacer cosas buenas con todo ese dinero. Por ejemplo, cientos de multimillonarios -incluyendo a Bill Gates y Warren Buffett- han firmado "The Giving Pledge", una promesa de donar la mayor parte de su fortuna a causas benéficas mientras vivan.
Con algunas excepciones notables, la mayoría de ellos sigue donando un porcentaje relativamente pequeño de su riqueza total cada año. Y sí, también están los que no hacen mucho, como Jeff Bezos, el creador de Amazon (su ex esposa, Mackenzie Scott, es todo lo contrario: tras un inicio complicado, hoy es un ejemplo de como donar una fortuna grandísima).
Una de las excepciones notables de las que hablabámos es Yvon Chouinard, el ahora ex multimillonario fundador de Patagonia, la reconocida marca de ropa dedicada a desarrollar y comercializar indumentaria para la práctica de deportes al aire libre. Es ex porque el miércoles 16 de septiembre, Chouinard dejo caer una bomba: había regalado la compañía.
La empresa privada ha publicado una carta abierta de Chouinard en su página web, explicando su decisión. No tiene desperdicio pero en las primeras siete palabras está la síntesis.
"Nunca quise ser un hombre de negocios. Empecé como artesano, fabricando material de escalada para mis amigos y para mí mismo, y luego me dediqué a la ropa. Cuando empezamos a ser testigos del alcance del calentamiento global y la destrucción ecológica, y de nuestra propia contribución a ello, Patagonia se comprometió a utilizar nuestra empresa para cambiar la forma de hacer negocios."
"En primer lugar, hay algo brutalmente honesto en esas primeras siete palabras. No se suele oír eso de los propietarios de empresas. Desde luego, no es lo que esperas oír de alguien que empezó y construyó una marca increíblemente exitosa", plantea Jason Aten, columnista tecnológico del portal de negocios Inc.
"La cuestión es que muchas historias empiezan así, pero nunca terminan con el fundador regalando la empresa. Muchos fundadores te dirán que empezaron un negocio no porque quisieran dirigir una empresa, sino porque tenían una idea que querían llevar al mundo. Vieron una necesidad y tuvieron una solución creativa que nadie más había intentado", sigue Aten.
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"En el camino, tal vez tuvieron éxito. Tal vez lograron vender mucho de lo que hicieron y contratar a mucha gente para compartirlo con el resto del mundo. En ese caso, convirtieron su idea en algo grande. Tal vez incluso sean capaces de venderla a una empresa mucho más grande para obtener una gran cantidad de dinero. Ese es el sueño americano, ¿verdad?", se pregunta.
"Sin embargo, en algún momento del camino, es fácil olvidarse de lo que te importaba cuando empezaste. Es fácil quedar atrapado en el crecimiento y la contratación y los clientes y la cadena de suministro y OKRs y KPIs. Es fácil dejarse llevar por el éxito, especialmente cuando el éxito significa dinero. El dinero cambia las cosas... simplemente lo hace", argumenta.
Por qué el dueño de Patagonia regaló su empresa
En el caso de Chouinard, sin embargo, no se trataba simplemente de construir un negocio. "Si pudiéramos hacer lo correcto y al mismo tiempo ganar lo suficiente para pagar las facturas, podríamos influir en los clientes y en otros negocios, y tal vez cambiar el sistema en el camino", escribió en el comunicado de prensa.
Eso es lo que les importaba cuando empezaron, y eso nunca ha cambiado. Patagonia siempre ha tenido un propósito por encima del beneficio. De hecho, la razón por la que se preocupaba por los beneficios era que todas las cosas que valoraba requerían dinero. Por eso, Chouinard y su familia empezaron a buscar la manera de que la empresa estuviera a la altura de su propósito.
"Una opción era vender Patagonia y donar todo el dinero", escribió. "Pero no podíamos estar seguros de que un nuevo propietario mantuviera nuestros valores o mantuviera a nuestro equipo de personas en todo el mundo".
La respuesta sencilla es que Chouinard quería estar seguro de que la empresa seguiría beneficiando a las causas que preocupan a la familia, especialmente el cambio climático y la protección del planeta. La solución que encontró fue regalarla.
"Así es como funciona: El 100% de las acciones con derecho a voto de la empresa se transfieren al Patagonia Purpose Trust, creado para proteger los valores de la empresa; y el 100% de las acciones sin derecho a voto se han cedido al Holdfast Collective, una organización sin ánimo de lucro dedicada a luchar contra la crisis medioambiental y defender la naturaleza. La financiación provendrá de Patagonia: Cada año, el dinero que ganemos después de reinvertir en el negocio se distribuirá como dividendo para ayudar a luchar contra la crisis."
Eso supone unos USD 100 millones, según The New York Times. Ni Chouinard, ni nadie de su familia se llevará ningún beneficio de la empresa, y no pueden cambiar de opinión. El acuerdo es irrevocable.
"No quería ser un hombre de negocios", dijo al periodo neoyorquino. "Ahora podría morir mañana y la empresa va a seguir haciendo lo correcto durante los próximos 50 años, y yo no tengo que estar por aquí."
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"Es una lección increíblemente valiosa. Muchos líderes deberían empezar a pensar en cómo será su empresa cuando ellos ya no estén, y si seguirá estando a la altura de lo que dices que valoras", dice el columnista, por su parte.
"Si dices que crees que algo es importante, debes actuar como tal. Hacer lo correcto es un lugar tan bueno como cualquier otro para empezar", cierra.
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