El gigante Blackrock compra el fondo GIP y se convierte en el segundo accionista Naturgy
La operación involucró a 12.500 millones de dólares y convirtió a la gestora de activos en el principal protagonista del sector energético español.
Con la compra de Global Infrastructure Partners (GIP) por 12.500 millones de dólares (11.400 millones de euros), BlackRock, la administradora de fondos más grande del mundo con diez billones de activos, pasó a ser el segundo accionista de Naturgy.
La firma neoyorquina ya poseía el 0,92% de la gasista, porcentaje que ahora le añade el 20,6% propiedad de GIP. Con esta operación, la firma que preside Larry Fink eleva su participación al 21,5% y queda por detrás de Criteria Caixa, que ostenta el 26,7%. En tanto, los fondos de inversión Rioja (CVC y la familia March) se mantiene como tercer accionista de Naturgy, con el 20,4%. A mayor distancia aparece la australiana IFM, con el 14% del capital.
En cuanto a la transacción, de los 12.500 millones comprometidos, 3.000 millones serán en efectivo, mientras que el resto se ejecutará a través de la adquisición de 12 millones de acciones, por valor de unos 9500 millones al precio de cierre de las acciones el pasado jueves.
En el comunicado en que anunció la compra, BlackRock informó de la intención de los directivos de GIP de distribuir parte de los beneficios entre sus 400 empleados. Por su parte, el presidente de GIP, el banquero de inversiones nigeriano, Adebayo Ogunlesi, formará parte del comité ejecutivo del grupo, y tendrá a su cargo el negocio de infraestructuras de la nueva compañía que contará con unos 150 millones de dólares (140.000 millones de euros) en activos alternativos.
Vale recordar que GIP entró en Naturgy en 2016 cuando les compró a Repsol y a Criteria Caixa una participación de 10%, respectivamente. En ese entonces, el fondo pagó 19 euros la acción. Al momento de concretarse la compra de GIP por la gestora de inversión, los títulos de Naturgy cotizaban a 26,9 euros, esto es una revalorización del 41,5%, según destacan distintos analistas.
Por el lado de BlackRock, hacerse con el 100% de GIP no sólo lo encumbró al segundo lugar como accionista de referencia de Naturgy, también consolidó su relación con la gasista ya que ambas empresas son socias por partes iguales de la firma Medina Partnership, dueña del 49% de Medgaz, el gasoducto que conecta África con España.
El gasoducto es además la principal puerta de entrada de gas a España. Aunque probablemente esto último no sea la consecuencia más relevante del intercambio de cromos. Esta transacción convirtió a la gestora liderada por Fink en la principal protagonista del sector energético español.
En efecto, echando un vistazo al portfolio de BlackRock pueden verse inversiones de enorme calado como la participación del 5,47% en Repsol, que convierte a la administradora de fondos en primera accionista de la petrolera.
Un porcentaje algo menor (5,39%) la ubica como segunda socia de Iberdrola. También participa a Enagás con un 5,42%. En la eléctrica Readia, en cambio, el 4,9% de las acciones en su poder la colocan como tercer accionista, muy lejos de la SEPI, cuya participación alcanza el 20%.
Fuera del sector energético, puede verse al logo de BlackRock en los tres principales bancos españoles: Primer accionista de Banco Santander con una participación del 5,42% y de BBVA, dueño del 5,91% de las acciones de la entidad vasca.
Así las cosas, sumando todos los activos - excluyendo Naturgy - que gestiona en España desde su llegada en 1994, éstos alcanzan la cifra de 42.000 millones de euros, número que la convierte en la gestora internacional más grande del país.
Motivos de la compra
Para entender la adquisición de GIP hay que detenerse en los activos del fondo y en la estrategia de inversión de BlackRock, que puede vislumbrase con las participaciones que ya cuenta en España, tal como se vió.
El fondo fundado en 2006 por General Electric y Credit Suisse gestiona 100.000 millones de dólares en infraestructuras, entre las que se destacan los aeropuertos de Gatwick en Londres, el de Sidney y el puerto de Melbourne (Australia). A los que hay que añadirle activos estratégicos como el Canal de Suez y oleoductos de esquisto.
En cuanto a la estrategia de inversión, conviene destacar, en primer lugar, que BlackRock no es una gestora especulativa, sino que sus apuestas son de largo alcance debido a su perfil estratégico.
Por otra parte, la gestora vaticina que las infraestructuras serán una de las áreas dentro de los mercados privados que más crezca en el futuro. Y los activos de la sociedad comandada por Ogunlesi calzan a la perfección con el plan trazado por Fink, tal como lo enunció en el comunicado en ocasión de la compra de GIP.
"Creemos que la expansión de las infraestructuras físicas y digitales seguirá acelerándose a medida que los gobiernos prioricen la autosuficiencia y la seguridad a través del aumento de la capacidad industrial nacional, la independencia energética y la deslocalización o casi deslocalización de sectores críticos. Los responsables políticos acaban de empezar a implementar incentivos financieros únicos para nuevas tecnologías y proyectos de infraestructuras", afirmó el ejecutivo, quien espera que la operación sea aprobada por la autoridad reguladora dentro de este primer trimestre.