Telefonía

Con la promesa de adquirir activos de la fusión Orange/MásMóvil, Digi destraba la operación

Bruselas está a punto de dar el visto bueno al negocio porque con este movimiento la empresa resultante no sería dominante en el mercado español de telefonía.

El mercado de las telecomunicaciones español tras un periodo de reacomodamiento cuyo movimiento más importante hasta el momento fue la compra de Vodafone España por parte del fondo británico Zegona, pasando por la fuerte irrupción de la compañía de móvil rumana Digi, y terminando en las largas idas y venidas que caracteriza a la fusión de Orange con Más Móvil, da la impresión que entró en la fase de definiciones que terminarán por acomodar el mapa del sector.

Justamente, esta última fase se da por las particulares circunstancias que unen los destinos corporativos y comerciales de Orange/MásMóvil con Digi. Pero, ¿a qué se debió que estas empresas confluyeran en el punto que ahora las une? La respuesta está en el acuerdo preliminar para adquirir activos de la teleco que nacerá una vez consumado el matrimonio entre británicos y españoles. Según la agencia Bloomberg, el pacto entre estos actores despejará en gran parte el camino al encajar con las regulaciones dictadas en Bruselas, tanto que la luz verde para cerrar la fusión podría encenderse más pronto que tarde. Se habla incluso que podría producirse en las próximas semanas, por lo que 2024 encontraría a Orange y MásMóvil bajo un mismo logo.

Bruselas está a punto de dar el visto bueno al negocio porque con este movimiento la empresa resultante no sería dominante en el mercado español de telefonía. (Imagen: archivo)

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El hecho de que Digi se haya posicionado como potencial destinatario de los activos sobrantes es el elemento con capacidad suficiente para poner el punto y final de esta historia, aunque aún pendiente de las condiciones que les imponga la Unión Europea (UE). En este aspecto, conviene recordar que en septiembre pasado el consejero delegado de Digi, Marius Varzaru, comunicó el interés de la operadora en hacerse con parte de los remedies - o condiciones sobre las desinversiones - que dictamine Bruselas para autorizar la fusión, y que, en tal caso, podría invertir hasta 2000 millones de euros.

Así las cosas, y como sucede en las operaciones de esta envergadura, la prudencia manda: Bloomberg recuerda que el acuerdo preliminar no es vinculante. Por lo tanto, la agencia avisa que una vez que no se tomó la decisión en firme, "las empresas podrían decidir no seguir adelante con el acuerdo".

Los análisis exhaustivos de la Unión Europea en los procesos de adquisiciones o fusiones de empresas de un mismo sector obedecen a la oposición de Bruselas a la formación de grandes empresas. Las precauciones radican en la posibilidad de que opten por repartir el mercado entre ellas o que la sociedad resultante se convierta en compañía dominante. Este tema fue puesto sobre el tapete en ocasión del posible ingreso del fondo soberano saudí STC a Telefónica.

Con la promesa de adquirir activos de la fusión Orange/MásMóvil, Digi destraba la operación. (Imagen: archivo)

Quienes se oponen a la política de Bruselas de evitar grandes compañías, argumentaron que las empresas europeas por su tamaño están desprotegidas frente a los gigantes extracomunitarios, especialmente cuando son objetivos de los petrodólares. Ana Botín, presidenta del Banco Santander, en las últimas horas volvió a insistir sobre la necesidad de crear gigantes europeos, por lo que la UE, según la cántabra, debería suavizar sus restricciones en esa materia.

Esta política de protección de la competencia de los mercados locales sin figuras dominantes, es lo que dificultaba la fusión Orange con MásMóvil. Ahora, con el paso dado por Digi de mostrar su interés por la compra de los activos sobrantes de la compañía resultante de la unión Orange/MásMóvil, facilita que Bruselas de su acuerdo.

Como las tres compañías involucradas en el proceso no hacen declaraciones a los medios, los analistas transitan el camino de las especulaciones. Ellos arriesgan que entre los activos con que se quedaría Digi, podría estar una banda de espectro radioeléctrico para desplegar su propia red de telefonía móvil, ya que actualmente opera con la red de Movistar. También iría por la gran joya del mercado de las telecos, y que la empresa rumana carece: la red 5G.

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Mientras se espera que las autoridades de Competencia de Bruselas concluyan con las revisiones del acuerdo, Digi continúa su senda ascendente. A diferencia de sus principales competidores, Telefónica, Vodafone, Orange y MásMóvil, que ven como se ralentizan sus negocios, la rumana aumenta la facturación al sumar mes a mes clientes. De enero a septiembre, obtuvo ingresos por 466 millones de euros, lo que explica un incremento de 30% en relación al mismo periodo del año anterior.

Hay un dicho, sobre todo en el deporte, que dice porqué cambiar de estrategia si ganamos. Seguramente, Marius Varzaru opina lo mismo: desde que Digi ingresó al mercado español no se apartó de la fórmula que une precios baratos con muy buen servicio, además de contratos sin letra chica. De hecho, es la única compañía que anunció que no habrá aumentos el próximo año. Fiel a sí misma.

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