Adiós a vivir solos: cada vez menos jóvenes dejan la casa de los padres y esta es la razón
Los salarios suben y el paro baja, pero el acceso a la vivienda sigue siendo una asignatura pendiente para los jóvenes.
El acceso a la emancipación juvenil en España se encuentra en su nivel más bajo desde 2006, según los últimos datos del Observatorio de la Emancipación del Consejo de la Juventud.
Aunque los jóvenes han visto mejoras en sus salarios y una ligera reducción del paro, el incremento desmesurado de los alquileres sigue siendo el principal impedimento. En la actualidad, la media de un joven es de 1048 euros, mientras que el alquiler promedio asciende a 1072 euros, el más alto registrado hasta ahora.
Este desajuste económico implica que un joven debería destinar todo su sueldo al alquiler, y aun así no le alcanzaría para cubrirlo. A esto se suma que el 70,5% de los hogares jóvenes están sobreendeudados, destinando más del 40% de sus ingresos al pago de la renta.
"El informe muestra no solo que hay menos jóvenes emancipados que hace un año, sino que quienes lo logran lo hacen en condiciones muy precarias", explicó Javier Muñoz, responsable del área socioeconómica del Consejo de la Juventud.
(Fuente: Shutterstock)
Una caída histórica en la emancipación
Durante el primer semestre de 2024, el porcentaje de jóvenes emancipados cayó al 14,8%, un descenso de 1,47 puntos respecto al año anterior, lo que equivale a 62.458 jóvenes menos viviendo fuera del hogar familiar. Este retroceso ha afectado especialmente a las mujeres y a quienes tienen entre 25 y 29 años.
A pesar de la subida del salario mediano joven en un 4% y la ligera bajada del paro juvenil en 0,34 puntos porcentuales, casi tres de cada cuatro jóvenes con empleo siguen viviendo con sus familias, señala el informe.
Este fenómeno, vinculado al encarecimiento del alquiler, pone en evidencia que la mejora de algunos indicadores económicos no es suficiente para garantizar la independencia económica de los jóvenes.
La pobreza y los alquileres, una combinación letal
En España, cerca del 30% de los jóvenes está en riesgo de pobreza o exclusión social, y el 22,8% de los que trabajan también son pobres. Contar con un empleo ya no es garantía de escapar de la precariedad, y el problema se agudiza al considerar los precios de las habitaciones en alquiler.
En promedio, alquilar una habitación cuesta 375 euros al mes, lo que representa el 35,8% del salario medio, superando ampliamente la recomendación internacional de no dedicar más del 30% del sueldo a la vivienda. En ciudades como Barcelona, Valencia o San Sebastián, esta proporción incluso sobrepasa el 40%.
Desde 2008, los alquileres han aumentado un 54%, mientras que los salarios jóvenes solo han crecido un 10,8%, evidenciando un desequilibrio insostenible.
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Desigualdades entre comunidades autónomas
El Observatorio también destaca disparidades significativas entre comunidades. En Asturias, el 17% de los jóvenes vive fuera del hogar familiar, mientras que en Castilla-La Mancha, este porcentaje desciende al 11,2%.
Por otro lado, las tasas de paro varían notablemente: en la Comunidad de Madrid, el desempleo juvenil es del 13,9%, mientras que, en regiones como Andalucía y Extremadura, la cifra supera el doble. En cuanto a salarios, los jóvenes de Madrid perciben en promedio 1.284,92 euros al mes, frente a los 834,21 euros que ganan en Canarias.
El informe concluye con propuestas como aumentar el salario mínimo profesional, implementar un bono de alquiler joven eficaz y reformar el Ingreso Mínimo Vital para incluir a los jóvenes en situaciones de vulnerabilidad.
Artículo escrito con información de EFE