Historia antigua

Tutankamón: la maldición del faraón niño, ¿mito o realidad?

Desde su descubrimiento, la tumba de Tutankamón ha sido objeto de fascinación y misterio.

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El descubrimiento de la tumba de Tutankamón en 1922 por el arqueólogo británico Howard Carter es uno de los hallazgos arqueológicos más importantes del siglo XX. Sin embargo, más allá de los tesoros y la invaluable información histórica, la tumba del faraón niño también ha estado rodeada de rumores y supersticiones sobre una supuesta maldición que afectaría a quienes osaran perturbar su descanso eterno.

El descubrimiento y los primeros incidentes

El 4 de noviembre de 1922, Carter descubrió la entrada a la tumba en el Valle de los Reyes. A medida que se adentraban en la cámara funeraria, encontraron un tesoro compuesto por más de 5000 objetos, incluyendo el famoso sarcófago de oro macizo de Tutankamón. Poco después de este hallazgo, comenzaron a surgir historias de una maldición debido a una serie de incidentes desafortunados que afectaron a los involucrados en la excavación.

Uno de los episodios más célebres ocurrió poco después de abrir la tumba, cuando Lord Carnarvon, el mecenas del proyecto, murió repentinamente. Su fallecimiento se debió a complicaciones derivadas de la picadura de un mosquito que se infectó, desarrollando septicemia. La prensa de la época amplificó este evento, sugiriendo que la muerte de Carnarvon era consecuencia de la maldición del faraón.

La tumba del faraón niño también ha estado rodeada de rumores y supersticiones sobre una supuesta maldición. (Imagen: archivo)

Eventos misteriosos y muertes inexplicables

Además de la muerte de Lord Carnarvon, varios otros incidentes alimentaron la leyenda de la maldición. Se informó que otras personas relacionadas con la excavación también murieron en circunstancias misteriosas. Entre ellas, George Jay Gould, un financiero estadounidense que visitó la tumba y falleció poco después de neumonía, y Richard Bethell, el secretario de Carter, que murió en 1929, apuntan en el portal de noticias DW.

Estos eventos crearon una narrativa de que una maldición estaba cobrando vidas, pero la realidad es que muchas de estas muertes pueden ser explicadas por causas naturales o coincidencias. La ciencia moderna sugiere que la exposición a hongos tóxicos, como el Aspergillus, presente en la tumba, podría haber contribuido a algunas enfermedades respiratorias sufridas por los visitantes.

Desacreditando la maldición

A lo largo de los años, numerosos científicos y egiptólogos han intentado desacreditar la idea de una maldición sobrenatural. Los análisis han demostrado que muchas de las supuestas víctimas de la maldición fallecieron por causas comunes y no directamente relacionadas con la tumba. Howard Carter, el descubridor de la tumba, vivió hasta 1939, lo que refuerza la idea de que la maldición no era más que un mito alimentado por la prensa sensacionalista y la fascinación popular.

La historia de la maldición de Tutankamón ha sido perpetuada por la literatura, el cine y otros medios de comunicación, manteniendo viva la fascinación por el faraón niño y su misteriosa tumba. Películas y libros han reforzado la imagen de una maldición mortal, aunque la mayoría de los eventos pueden explicarse por factores naturales y coincidencias.

Entre las producciones más notables se encuentra "The Curse of King Tut's Tomb" (2006), una película de aventuras que dramatiza los eventos relacionados con el descubrimiento de la tumba y la supuesta maldición. 

Otra referencia significativa es el episodio "The Curse of Tutankhamun" (1979) de la serie documental "Mystery of the Ancients", que explora los eventos históricos y las leyendas en torno a la tumba. Además, la película "La maldición del faraón" (1980) presenta una narrativa ficticia basada en la maldición, entrelazando hechos históricos con elementos de terror 

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