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Por qué los gatos odian las puertas cerradas: la llamativa respuesta de los expertos

Los felinos no solo son curiosos, también necesitan sentir que tienen el control.

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Para los dueños de gatos, es un misterio común: su felino amigo parece no soportar una puerta cerrada. Ya sea maullando desesperadamente, metiendo la pata por debajo o rascando con insistencia, estos comportamientos revelan una aversión peculiar por los espacios inaccesibles. 

Pero, ¿por qué los gatos odian tanto las puertas cerradas? La respuesta radica en una combinación de instintos naturales y comportamientos adquiridos a lo largo de su evolución.

Gatos versus puertas cerradas: instinto de control y seguridad

Los gatos son animales territorialistas y curiosos por naturaleza. Según la experta en comportamiento felino Ingrid Johnson, los gatos necesitan sentir que controlan su entorno para sentirse seguros. Una puerta cerrada representa una barrera que impide su acceso a lo que consideran su territorio, generando estrés y ansiedad

Por qué los gatos odian las puertas cerradas: la llamativa respuesta de los expertos. (Imagen: Freepik)

Además, como señala la veterinaria Karen Sueda en una entrevista con Live Science, los gatos experimentan lo que podríamos llamar un "miedo a perderse algo" o FOMO (por sus siglas en inglés), que los impulsa a querer explorar y entender lo que sucede del otro lado de la puerta.

Otra razón por la que los gatos detestan las puertas cerradas se relaciona con lo que Johnson denomina los "tres terribles C": falta de elección, falta de control y cambio. Estas son situaciones que los gatos encuentran extremadamente incómodas. Aunque no siempre desean involucrarse en lo que ocurre detrás de la puerta, su necesidad de saber y controlar su territorio los lleva a manifestar su incomodidad de manera evidente.

A medida que los gatos domésticos han evolucionado, han desarrollado una profunda dependencia de la interacción humana, lo que refuerza su rechazo a las puertas cerradas. Un estudio publicado en 2017 en la revista Behavioural Processes reveló que la mayoría de los gatos prefieren la interacción humana sobre otros estímulos como la comida o los juguetes. Este deseo de atención se frustra cuando una puerta se cierra, creando un ciclo de ansiedad y comportamientos de búsqueda de atención.

Por qué los gatos odian las puertas cerradas: la llamativa respuesta de los expertos. (Imagen: archivo)

Soluciones para reducir el estrés felino

Entender estas razones puede ayudar a los dueños de gatos a manejar mejor la situación. Johnson sugiere mantener la consistencia en las áreas accesibles para el gato, evitando cambios abruptos que puedan generar estrés. Si una habitación debe permanecer fuera de los límites, es mejor establecer esa regla de manera constante y no solo ocasionalmente. 

En casos donde los comportamientos sean extremos, como maullidos constantes o ataques a la puerta, podría ser necesario consultar a un veterinario para descartar problemas de salud subyacentes.

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